Ateneo Virtual Mirobrigense es un blog de opinión ubicado en Ciudad Rodrigo, en el que se expresan las inquietudes, ideas y pensamientos de los articulistas

30 junio 2025

TRES SON TRES ( Y NINGUNA BUENA), por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

TRES SON TRES ( Y NINGUNA BUENA), por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Sánchez-Tosal Pérez
TRES SON TRES ( Y NINGUNA BUENA), por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

    Me acerco a ver la obra de la Rúa del Sol, una vez anunciaron, aunque aún no se encuentre abierta al tráfico. Supongo que será para dar tiempo para que se asiente, y el tráfico rodado no la dañe, o simplemente para abrirla después de inaugurarla oficialmente por parte del "ayuntamiento".

    Es cómoda de pasear, y aunque no es el tipo de pavimento que requiere el entorno quizás sí será el más conveniente de poner, por razones técnicas.

    Lo cierto es que la calle lo pedía, y hecho queda, para mejor andar de la mucha gente que la transita.

    Si todo ha quedado bien a simple vista, hay algo en ella que me ha llamado la atención, y no para bien: Las tapas de los accesos a los distintos, y muchos servicios que albergan hoy en día las calles, y es que hay, tres de las situadas en el entorno del Teatro Nuevo y el banco Santander, sobresalen del suelo lo suficiente como para ser causa de tropezones y caídas, algo por tanto peligroso, y que sabido, sería muy conveniente de rectificar lo antes posible.

    Lo dicho...tres eran tres los yernos de Elena, y ninguno era bueno. Pues eso, ninguna de las tres tapas buenas son, y además son peligrosas. Ahora toca que se reaccione a tiempo antes de que sea tarde.

29 junio 2025

TRANSITAR LOS CAMINOS DE LA PAZ, por José Luis Puerto

TRANSITAR LOS CAMINOS DE LA PAZ, por José Luis Puerto - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Puerto
TRANSITAR LOS CAMINOS DE LA PAZ, por José Luis Puerto 

    Un prestigioso intelectual español y catedrático universitario, cuando se sometía al cuestionario Proust, que le realizaba una revista, con motivo de la aparición de uno de sus libros, al preguntarle –tal y como dicho cuestionario establece– que destacara algún hecho bélico en la historia, respondió categóricamente: “–Ninguno”.

    Claro, ¿cómo vamos a glorificar los hechos bélicos? El mejor destino de todos los seres humanos en el mundo, ya que se nos ha alumbrado a la vida, es el del desarrollo de una vida en la mayor plenitud posible, y con la mayor humanización de que seamos capaces.

    Ahí aparecen valores como la paz, la concordia, el apoyo mutuo, la fraternidad, la tolerancia, la aceptación de los otros, la instrucción, la educación, el conocimiento, la conciencia de la historia, la práctica de las libertades y de los derechos humanos y civiles… Todo ese territorio de civilización que, tanto Europa como las demás civilizaciones, han ido configurando y consolidando a lo largo de la historia. Y que, hoy, todos hemos recibido como la mejor herencia.

    Y a todo ello se opone la guerra. Todo ese territorio de civilización y de realización de lo humano se destruye con la guerra. ¿Cómo, entonces, puede glorificarse en ningún sentido?

    Y, hoy, en este presente tan perturbador que estamos viviendo y soportando, la proliferación de tantos señores de la guerra (de distintos tipos y pelajes, pero con idéntica analogía con lo monstruoso), de tantas actitudes violentas, de tanta crispación de la convivencia social como está planificada de modo deliberado, son otras tantas amenazas contra la democracia y contra la paz.

    Hay que estar frente a todo ello y contra toda esa perspectiva destructora de lo humano. La paz es el camino, como ha proclamado ese aserto ya bien conocido por todos. Y tiene sentido seguir proclamando, pues es una proclama de paz, de nuevo “No a la guerra”, ese lema que agrupó a tantas conciencias en todo el mundo, cuando se perpetró aquel destrozo de la guerra de Irak, con la patraña (como enseguida se vería) de las armas de destrucción masiva.

    La destrucción masiva hoy es el genocidio que se está cometiendo contra el pueblo palestino de Gaza por parte del gobierno judío (uno de los hechos más atroces de nuestro presente y ante el que miramos para otra parte). Así como las guerras y conflictos que nos asolan, desde la violenta invasión rusa de Ucrania, hasta los extremismos violentos, con tantos tipos y tan planificados de agresiones que practican, que llevan invadiendo Europa desde hace ya lustros y que no hacen más que crecer.

    El poeta Blas de Otero, titulaba ‘Pido la paz y la palabra’ uno de sus más hermosos libros. Esa es la petición, la paz y el diálogo y el entendimiento y la concordia y la aceptación de los otros.

Y, en ese itinerario, en el itinerario de la paz y de la concordia, del entendimiento y de la aceptación de los otros, de la solidaridad y de la fraternidad…, están Gandhi, o Martin Luther King, o Teresa de Calcuta, o José Mujica, o Francisco… Todo un hito de nombres (podrían ponerse muchísimos más) que nos iluminan y dan sentido a todos.

    Porque hay que levantar esa voz, hay que hacer ondear esa bandera de la paz y de la civilización, frente a tanto apocalipsis que están trayendo, en este momento histórico, tantos señores de la guerra.

26 junio 2025

DE LAS LLAMAS DE SAN JUAN, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

DE LAS LLAMAS DE SAN JUAN, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Sánchez-Tosal Pérez
DE LAS LLAMAS DE SAN JUAN, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

    Estamos en los días más largos del año, en la fiesta de la noche de San Juan, esa que este año en Ciudad Rodrigo, han decidido celebrar "wetónicamente", y así hacer a su raíz nada menos que prehistórica. Es sabido que es muy celebrada por todas partes con hogueras, a cuyo fuego se le concede la propiedad de ser purificador. Lo que de cierto tenga el asunto no lo sé, más bien me parece que estamos ante un supersticioso aquelarre con visos mágicos y esperanzadores para con nuestros azares vitales, que como trató de afirmarse en la representación en la hoguera, son parte de nosotros desde nuestros comienzos y cuyas diferentes culturas a través de los tiempos, los han ido haciendo suyos.

    Pues bien, dicho y sabido, con conciencia de esto, y a pesar de ello, por qué no soñar que pudiera el fuego de esta noche de hogueras de San Juan, ser ciertamente mágico, y traernos beneficios tanto personales como sociales al serle pedidos. Dado que en los tiempos que corren, en realidad, tanto la esperanza como la inocencia nos han sido arrebatadas y solo nos queda esto, el sueño irreflexivo ante el desastre presente digamos como ya exclamó Unamuno, cuando querían a los humildes quitarles su fe en otro mundo mejor: "¡También les vais a quitar esto!". Pues eso, aunque ya tenga una forma más laica, ahora en la noche de San Juan se juega a tener deseos y la esperanza de que se verán cumplidos.

    Yo por si acaso toda esta natural irracionalidad tuviera alguna razón de ser, también participé en el juego, mientras las llamas de éste bailaban la danza del triunfo sobre el mundo, al compás de los gritos alborozados de los wetones mirobrigenses, y pedí y deseé que todos los hombres que hoy gobiernan el mundo para sus intereses, arrastrando a tantos humanos al infortunio y a la muerte, desapareciesen para siempre de la tierra.

    Veremos el año que viene, si al menos con algunos de los que todos tenemos en la cabeza, se nos ha arreglado, para así poder ir con más ánimo y fe a las llamas de San Juan.

25 junio 2025

LA TORMENTA, por José A. Blanco

LA TORMENTA, por José A. Blanco - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José A. Blanco
LA TORMENTA, por José A. Blanco

Hoy el sol amenaza justicia. Pica el ambiente, resbalan las palabras desganadas bajo el porche, junto al brocal. Falleció la higuera de muerte prematura. Ni rastro de pardales en el jardín. Las palomas barruntan truenos crepusculares y huyen desorientadas. El cielo ciega el horizonte cubierto con el esfumado gris de la distancia. Se cierra la tarde y cae una violenta lluvia para estamparse repentinamente. Un escalofrío precede a las primeras notas de afinación antes del repertorio.


24 junio 2025

SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (XX): EL GRAN PATO AMERICANO Y LAS AZAROSAS MUDANZAS DE LA GUERRA, por Ángel Iglesias Ovejero

SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (XX): EL GRAN PATO AMERICANO Y LAS AZAROSAS MUDANZAS DE LA GUERRA, por Ángel Iglesias Ovejero - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

Ángel Iglesias Ovejero
SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (XX): EL GRAN PATO AMERICANO Y LAS AZAROSAS MUDANZAS DE LA GUERRA, por Ángel Iglesias Ovejero

Las peregrinas salidas del marcial Pato Americano ya no sorprenden a casi nadie, a no ser a él mismo, cuando, de mañana, se aclara la voz aguardentosa, que en su caso se combina con la gangosidad cavernosa que los hispanohablantes percibimos en el inglés. Mientras se espabila un poco delante del espejo, deben de llegarle los terroríficos estruendos de las guerras, que en el hemisferio oriental del globo terráqueo ya han dejado su rimero de estragos y daños colaterales. Como hace ya medio año que, según la vorágine de su coctelera cerebral, se toma por un Marte pacífico o un Mercurio anunciador de la prosperidad americana, en detrimento del resto de la humanidad, pregona catástrofes o remedios. Seguramente, la esfericidad de la Tierra le permite ejercer de profeta para sus adoradores más occidentales en América, halagándoles con novedosas versiones de los susodichos hechos bélicos que él prometía remediar en cuanto le dieran el bastón de mando, o sea, el nombramiento de alguacil del Lejano Oeste. Esto último debió de ser cuando pensaba que, como aquel portugués de antaño (en un cuentecillo algo ofensivo para los vecinos lusos) se veía tan terrorífico, con su armadura, que se daba miedo a sí mismo, y, con solo su mirada, doblegaría a rusos, ucranianos y hasta los indómitos y fieros iberos.

De entonces para acá lo único que ha cambiado en su personaje es el color de la aparente gorra. En realidad, se trata de una modificación camaleónica en su peinado, lograda con la ayuda de la inteligencia artificial, porque la natural, de por sí volátil y gaseosa, en él se confunde con la inagotable y pérfida malicia. Lo que se percibe como gorra, con visera incluida, consiste en una corchapa peluda, donde reside su fuerza, como la del juez bíblico Sansón en su frondosa caballera. Antes se la aplastaba con un preparado de leche de zanahoria, amarillenta, y ahora con mantequilla derretida, blancuzca, como aquella que los caritativos americanos nos enviaban a mediados del siglo pasado, quizá por el alquiler de las bases militares, de inolvidable olor y sabor a rancio, como el tocino añejo de verraco ibérico. Con la corchapa rubicunda se las daba de Billy el Niño (un pariente del famoso “charro mexicano, que solo por bromas mataba”) y con la canosa se hace pasar por un juez de paz de la “aldea global”. En todo caso, esa especie de garrapata posada sobre el cuero cabelludo, a juicio del gran Pato, es un seguro de vida, a prueba de balas y con propiedades mágicas, como si fuera un talismán, una marca de predestinación personal basada en la prosperidad económica.

De esta fuente capilar dimanan las ideas cambiantes con las que obsequia diariamente a sus aliados y adversarios, a quienes trata como a vasallos sumisos o insumisos, respectivamente. Amigos, propiamente, no tiene ninguno, a no ser el actual caudillo de Israel, a quien envidia (por su presunta alineación con los “elegidos” bíblicos para exterminar a sus vecinos), y por ello (y por interés) apoya en la insensata, arriesgadísima y, sin embargo, previsible guerra contra Irán. El de la visera peluda la alienta y pretende controlar, contra el impávido teócrata chiita, de quien afirma que es un “blanco fácil”, pero no piensa mandarlo matar “por ahora”. Esta prudencia no está motivada por un sedimento de humanidad hacia otro “creyente” de la misma ralea que los otros (¡Qué tres! ¡Bueno está el mundo, Facundo!), sino por su alto conocimiento del arte de la guerra, revelada por la ósmosis de su gorra, que le lleva a sentenciar que “está sujeta a mudanza”. Me ha llamado la atención esta reserva, solo aparente, pero algo impropia de quien se considera invulnerable e infalible (como el Papa católico), más adecuada para quienes se escudan en la suerte para excusar los malos resultados.

El bravísimo Don Quijote, a raíz del desaventurado combate con los molinos de viento manchegos, que él tomaba por descomunales gigantes, a pesar de los acertados avisos de su escudero Sancho Panza, respondió con una formulación axiomática de parecido contenido: “Calla, amigo Sancho, (…) ; que las cosas de la guerra, más que otras, están sujetas a continua mudanza” (Quijote, 1ª, VIII). Los eruditos rastrean su fuente en Cicerón (Incertus exitus et fortuna belli, en su discurso Pro Marcello). Por su cuenta, el héroe aprovechó para echarle la culpa de sus desgracias a los enemigos preferidos, los quiméricos encantadores. También en este aspecto, el Pato Trompeta presenta alguna afinidad con la figura cervantina, no porque tenga la más mínima curiosidad literaria o erudita, sino por el mero instinto crematístico que anida bajo el sombrajo de su postilla capilar. Todos los países que ponen dificultades a su enriquecimiento son “ladrones”. Él no se anda con rodeos y, en vez de seguir la tendencia de los gerifaltes actuales que, cuando se tuercen sus previsiones económicas, suelen acordarse de “la Coyuntura”, él tira por el camino de en medio. Los estados europeos aliados de la OTAN “estafan a los Estados Unidos” y los que comercian con estos, sin dejarse desplumar, “los roban”.

Lo bueno del caso es que para el personaje del Pato y sus afines el bien y el mal se inscriben en el marco de la economía, y la guerra sin más viene a ser un apéndice de “la guerra comercial” (Qué bien nos vendría tener tiempo de repasar la Historia de la guerra del Peloponeso, de Tucídides, donde se aprecia que los motivos desencadenantes y los efectos de los conflictos bélicos, aparte de la dimensión de las catástrofes, no han variado gran cosa desde el s. v a. C.). Contra estos botarates autárquicos solo queda el remedio del humor verbal, del cual no se libran ni los axiomas proverbiales que los paremiólogos ortodoxos consideran verdades universales, porque están expuestos a los deslices disparatados en la elocución. Sin ir más lejos, el citado pasaje cervantino alusivo a la mudanza de la guerra quedó muy tocado en el comentario de D. Abeldino, escrupuloso profesor en un internado religioso de Madrid al final de los años cincuenta, quien, con el mismo entusiasmo, explicaba matemáticas que literatura clásica. Al analizar el pasaje se le trabó la dicción y vino a decir: las cosas de la gorra ... están sujetas a continua mudanza. Él mismo reía con el desliz. Y a sus alumnos, casi de por vida, nos sirvió de saludo informal: ¿Qué tal van las cosas de la gorra? –¡Así, así, sujetas a continua mudanza, pero mientras podamos contarlo…

Estos bárbaros quizá disfruten con su poder absoluto y sus conductas deshumanizadas (ángeles exterminadores), y quitándonos la alegría de vivir a quienes aspiramos a vivir en paz, pero el humor nos pertenece por el derecho de pensar libremente.


P.S. Así estaba la chuletilla “sin ética ni estética” que pensaba enviar al fin de la travesía esteparia, de vuelta a Francia, adonde llegamos extenuados. Cuando nos despertamos ya iba el Sol por allá arriba. El Gran Pato había tenido otra genial ocurrencia, con un ataque a Irán, sin previo aviso y digno de la justicia de Peralvillo (donde ejecutaban al reo y después le instruían causa). Hecho esto ha decretado el cese de la guerra (harina de otro costal), y ha aprovechado para felicitar a todo el mundo y dar las gracias a Dios, o sea a él mismo. ¿Alguien le encuentra pies y cabeza por algún lado? Pues la tiene. Porque, vamos a ver, ¿de qué le serviría ser Dios, si no puede hacer lo que le da la gana, o sea, el Bien o el Mal? Es una forma de teología muy conocida, aunque algo obsoleta, en Robleda, donde hace un siglo o así, vivía un tal Lucianu, que proponía milagros para que los realizaran otros y no se humillaba al paso del Santísimo (“porque él también era Dios”). Probablemente, el Pato Trompeta deja indicios de sus “intenciones divinas”. ¿No se han fijado en que, últimamente, en vez de exhibir en sus poses la corchapa amarillenta o canosa, se contorneaba coronado con una gorra golfera de verdad, de color rojo? Pues eso, ahí estaba la clave. Y ya se sabe, “El que avisa no es traidor”. Pato Trompeta solo engaña al que se deja…

23 junio 2025

QUIÉN SUPIERA ESCRIBIR..., por Santiago Corchete Gonzalo

QUIÉN SUPIERA ESCRIBIR..., por Santiago Corchete Gonzalo - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo
Santiago Corchete Gonzalo

 
 
 
 
 
 
 
 
 
QUIÉN SUPIERA ESCRIBIR..., por Santiago Corchete Gonzalo
 
QUIÉN SUPIERA ESCRIBIR...

     Dadme una goma de borrar palabras
vacías de sentido y contenido,
para que el tiempo no las destituya
por otras nuevas libres, más fecundas,
que aporten luces, claridades, cánticos...

     Las palabras infértiles estorban
doquiera que se hallen, pese a ser
filólogos, lingüistas, y demás
personas dedicadas a fijarlas
en el constructo de los diccionarios.

     Salgámonos del chiste: no es lo mismo
hablar mientras se escribe, que escribir
para después hablarlo o ser leído.
Por cuanto tiene el máximo valor
la música callada del silencio.

DE LA GRADUACIÓN, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

DE LA GRADUACIÓN, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Sánchez-Tosal Pérez
DE LA GRADUACIÓN, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

    Que la suerte los proteja

    Es un día más de estos muchos que pasamos del frío al calor, y es un día distinto porque ya mis nietos, Lía y Sacha, dejan su cole, Miróbriga, para irse al instituto. Antes esto lo hacíamos sin celebraciones públicas y sin el alborozo familiar ni el acompañamiento de los amigos.

    Yo no había asistido a ninguna, solo las había visto desde fuera y en la calle, cuando pasan los graduados vestiditos y contentos. Ahora vivida desde dentro, he visto que tienen sentido y que además están llenas de emoción, historia, comprensión y amor por lo vivido y compartido, entre ellos y con los profesores, a los cuales, por cierto, "chapeau" en todos los sentidos, tanto en lo docente como en lo personal. Creo que siempre recordarán estos pequeños adolescentes, a los cuales acogieron hace nueve años en la puerta del colegio, asustaditos, cuando sus madres los dejaban, por aquel entonces, en aquel extraño lugar para ellos, y que hoy casi una década después es su muy querida segunda casa, los gratos días vividos allí, además de mucho cariño hacia los que han sido sus profes.

    De la puesta en escena y desarrollo de la gala, solo decir que me sorprendió todo gratamente, tanto la forma de contar estos nueve años, como los contenidos elegidos para ello, así como la manera de estar y hacer de los profesores y alumnos. Por tanto, gracias a los profesores por estos nueve años dedicados a ellos, y a los niños, que veo que han aprovechado bien sus enseñanzas, así como por el día vivido, en el que tan bien han narrado todo. Al menos por unas horas, ese día consiguieron que fuera un paréntesis en medio de los feos problemas que nos asedian (trabajos precarios, escasez de viviendas, amenazas climáticas y bélicas...) y que a ellos, esta generación de adolescentes, se le pueden enquistar de por vida. Que la suerte los proteja pues la van a necesitar en este mundo dirigido por ese puñado de líderes déspotas, sin virtudes cívicas ni intelectuales.

    De momento, creo que para compensar y ayudar, siempre tendrán lo aprendido en el colegio, así como en la memoria, este día vivido de la graduación, y cuando los males arrecien, aparecerán rastros de luz con los buenos recuerdos de cómo han sido tratados y queridos por sus profesores, sus compañeros, como no, sus padres, y espero que también nosotros sus abuelos, aunque quizá para entonces, ya no estemos presentes ante ellos físicamente.

22 junio 2025

LOS ESPIRITUALES: UNA 'GUÍA' DE BASILIO SÁNCHEZ, por José Luis Puerto

LOS ESPIRITUALES: UNA 'GUÍA' DE BASILIO SÁNCHEZ, por José Luis Puerto - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Puerto
LOS ESPIRITUALES: UNA 'GUÍA' DE BASILIO SÁNCHEZ, por José Luis Puerto

    A lo largo de la historia, desde los clásicos greco-latinos hasta hoy, han ido apareciendo libros, siempre muy significativos y personales, que podemos adscribir al género de la ‘guía’. Podríamos poner no pocos ejemplos de lo que decimos, desde Boecio hasta Maimónides, por no citar sino a dos autores de obras bien conocidas; o, en nuestra tradición, ya en el siglo XVII, Miguel de Molinos y su bellísima ‘Guía espiritual’.

    María Zambrano decía que “la ‘Guía’ está enteramente polarizada hacia su destinatario; viene a ser como una carta, una carta y un mapa también, una carta de ruta para navegar entre un laberinto de escollos”.

    Pues, bien, todo esto, y más es el reciente libro del médico y poeta cacereño Basilio Sánchez (1958), titulado ‘El buen lugar’ (Valencia, Pre-Textos, 2025). Estamos ante un libro reflexivo, ante una suerte de meditación sobre la poesía y sobre la vida, sobre la propia labor tanto profesional, como existencial como creativa, así como sobre una serie de nombres, de escritores (y aquí el poeta traza una verdadera constelación de autores contemporáneos que lo acompañan), que lo acompañan en su reflexión.

    Hay una doble coordenada en la que nos sitúa el autor a la hora de ofrecernos esa guía, ese breviario de existir y de estar en el mundo, esa guía que es ‘El buen lugar’. Por una parte, un eje espacial (“el lugar en el que vivo –esta pequeña ciudad de Cáceres, inmersa en la naturaleza y enclavada todavía en la quietud del paisaje– continúa estando muy cerca de lo rural y de un modelo de sociedad en la que las relaciones humanas sólo pueden entenderse en el contexto de su entorno natural.”) y, por otra, un eje psíquico, anímico, creativo (“La poesía es una religión a la que nadie me obliga.”).

    Y es este último eje, el de la reflexión en torno a la poesía, el que vertebra toda la obra. Estamos, sí, ante una auténtica ‘meditatio’ en torno a la poesía y a lo poético. En torno a la poesía, traza el autor una verdadera constelación de signos. Es para él “una fórmula mágica que evoca lo sagrado”, al tiempo que “salva para nosotros todo aquello que, en su delicadeza, en su desprotegida lentitud, consigue devolvernos lo que somos.”

    Dejamos apuntados únicamente dos posibles aspectos de lo que la poesía supone para el autor; pero es mucho más. El poeta nos va trazando un abanico de posibilidades en torno a la poesía y al hecho de poetizar (“La poesía como actitud, como toma de posición ante la vida es, sin duda, una forma de resistencia”; o también: “Aspiro a una escritura limpia, reposada y paciente”…).

    Otra vía de reflexión, de un gran interés, por lo que supone de desvelarnos su propio proceso creativo, es la que abre y articula Basilio Sánchez en torno a no pocos de sus poemarios escritos y publicados. Dejamos apuntado este registro, significativo en la obra, porque nos arroja no poca luz sobre el proceso y los espacios creativos del poeta extremeño.

    También es iluminadora esa cartografía que el autor va trazando sobre sus lecturas, sus autores predilectos, los mensajes que, a través de sus obras, le transmiten y, a través del poeta, nos transmiten a todos. Nos atrevemos a seleccionar algunos, porque, por su continua presencia en estas páginas, advertimos que son esenciales para el autor. Así, por ejemplo, los polacos Adam Zagajewski y Wislawa Szymborska (la autora del poema más hermoso que conocemos sobre el alma), José Jiménez Lozano, René Char, Albert Camus, Louise Glück, Roberto Juarroz, Raúl Zurita…, entre otros muchos.

    Ese ‘buen lugar’ de que habla el poeta es la poesía, reivindicada a través de la imagen de la casa (“La casa, como refugio espiritual y poético y como un elemento permanente del paisaje interior en el que se sitúa el hombre que escribe”), esa casa sobre la que tan certeramente reflexionaran también Martin Heidegger o Gaston Bachelard. Porque tanto la poesía como la casa son protectoras también, son ámbitos de protección y, por ello, de sentido, nos otorgan sentido.

    Todo lo indicado no son más que sugestiones de lectura de una guía espiritual fascinante: ‘El buen lugar’. Sí, una guía espiritual, de un escritor atento, de un escritor que sabe que la poesía verdadera surge de la vida y ha de estar aunada y vinculada con ella. Por eso revela y por eso ilumina.

    Tengo dos amigos médicos poetas. Quiero vincularlos aquí: el aragonés Mariano Castro, sobre el que ya escribí hace unas pocas semanas, comentando su último libro de poemas; y el extremeño Basilio Sánchez.

    Los atentos, los espirituales. Desde un plano retirado (no todo lo que existe se halla en un primer plano), están escribiendo, cada uno a su modo, una poesía verdadera.

    Basilio Sánchez, con ‘El buen lugar’, se suma además ahora a esa hermosa tradición occidental de las ‘guías’. Ahora, en este presente tan incierto, que nos hacen tanta falta.

20 junio 2025

LA PALABRA Y LA NIEVE, por Santiago Corchete Gonzalo

LA PALABRA Y LA NIEVE, por Santiago Corchete Gonzalo - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo
Santiago Corchete Gonzalo

 
 
 
 
 
 
 
 
 
LA PALABRA Y LA NIEVE, por Santiago Corchete Gonzalo
 
 LA PALABRA Y LA NIEVE

     Cual insignificantes copos
de nieve, las palabras sobrevuelan
el cielo de la medianoche larga,
y en el haz y el envés
de los verdes eriales errabundos
se aceleran las prisas del alba y del rocío.

  ...Vivir comienza a ser otra experiencia.
Las palabras, flotantes en la escarcha,
obedecen al dios de su mutismo,
porque se saben flor que esperarán
la hora de ser luz y de encenderse
para poder iluminar el Mundo.

DANDO MÁS ALAS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

DANDO MÁS ALAS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Sánchez-Tosal Pérez
DANDO MÁS ALAS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

    Los feos y claros indicios avalados por la investigación de la U.C.O. nos ponen en una situación ya repetida de corrupción en este país, que nunca deja de ser el de los pícaros. Los robos y las formas de hacerlos, son tan feas e impresentables como impropios de los cargos que ostentan. Y las consecuencias en el ánimo de la izquierda son el desánimo y la sensación de orfandad, además de la preocupación, y mucha, de si esto da aún más fuerza a los vientos ultraderechistas que corren por el mundo.

    No es hora de tapar nada, sino de dar la mayor facilidad a las investigaciones tanto judiciales como policiales, y después de sabido todo lo posible, valorar si aún se tienen apoyos para seguir en el gobierno, y si el precio a pagar por ello, es asumible. De no ser así, lo más sensato es ir a unas elecciones y en la campaña hablaremos de los "hunos y de los hotros" y de lo que nos traerá elegir a un bando o a otro.

    De momento, lo que nos traen a todos, es una sensación de impotencia y deseos de huir de lo que no debemos huir, de la política, por lo que a todos nos afecta, a pesar del enorme desprestigio que han hecho estos cacos con sus feos e indignos actos, a lo que no son tampoco ajenos, las empresas involucradas, y las cuales también deberían tener sus responsabilidades por su irresponsable hacer.

    Dicho esto, bueno sería ahora, saber bien dónde estamos y qué debemos, qué podemos, y qué nos dejan hacer. Y la elección ahora es entre valores europeístas y/o nacional populistas. Con lo cual las sucias mordidas de estos destacados socialistas, nos dejan más que nunca a los pies de los caballos dando aún más alas a los partidos ultra derechistas.

18 junio 2025

“RICHI”, UN PERSONAJE, por José A. Blanco

“RICHI”, UN PERSONAJE, por José A. Blanco - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José A. Blanco
“RICHI”, UN PERSONAJE, por José A. Blanco

    Ataca por detrás y me roba una sonrisa. Estampa con sombrero de paja, algo campero, señorito de fresnedas y encinares, bribón  de la ribera, malandrín, salteador de caminos y veredas. Mayoral de reses bravas entre recortes, retamas y vericuetos de la dehesa. Remoce y desmadre en cada encuentro. Alegría de la huerta. Otro “txikito”, pues.


17 junio 2025

LA HERIDA QUE NOS NACE, por Santiago Corchete Gonzalo

LA HERIDA QUE NOS NACE, por Santiago Corchete Gonzalo - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo
Santiago Corchete Gonzalo

 
 
 
 
 
 
 
 
 
LA HERIDA QUE NOS NACE, por Santiago Corchete Gonzalo
 
LA HERIDA QUE NOS NACE

     No hurgues en la herida que te sangra
para hacerla más honda y conocer
la razón que la impulsa a vaciarte
de ilusión. emociones, sentimientos...

     Las heridas carecen de raíz,
tronco y extremidades, solo  tienen
el error del azar que las produjo,
y una turbia explosión de interjecciones.

     Debes hacer chitón en este punto
y que las cosas sean como son.
No embarulles el núcleo del mensaje:
nacer o no nacer. Es la cuestión.

SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (XIX): BENDITA SEA LA INOCENCIA Y EL AMOR EPISTOLAR, por Ángel Iglesias Ovejero

SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (XIX): BENDITA SEA LA INOCENCIA Y EL AMOR EPISTOLAR, por Ángel Iglesias Ovejero - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

Ángel Iglesias Ovejero
SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (XIX): BENDITA SEA LA INOCENCIA Y EL AMOR EPISTOLAR, por Ángel Iglesias Ovejero

Entre mis personajes preferidos de carne y hueso ocupa un lugar especial el Poeta del Bardal. Él prefería llamarse y que lo llamaran así, cuando lo conocí, en el verano de 1974. Era natural y vecino de Navasfrías, donde cohabitaba con una hermana y un hermano, formando una trilogía de solteros, en una vivienda típica, como casi todas allí por entonces, con soluciones terciadas, entre serragatinas, salmantinas y portuguesas. Estaban a juego, se diría, con el hibridismo lingüístico de la modalidad vernácula, con un tercio de rebollanismo, otro de lusismo y lo demás de castellanismo. El Poeta del Bardal principalmente practicaba el poliglotismo para la especulación etimológica, que viene a ser a la Lingüística moderna lo que la Magia a la Alquimia o la Medicina.

Personalmente, había ido allí para buscar materiales con que elaborar una tesis de Dialectología, y el citado personaje me los ofreció en abundancia, no solo tradicionales, sino originales y novedosos. Tuve la osadía de mencionarlo cuando se efectuó la lectura de aquella prueba académica (Madrid / Complutense, 1976), lo cual estuvo a pique de causarme un disgusto. El nombre artístico aparecía al final del segundo volumen, en uno de los suplementos añadidos. Casualmente, lo habían leído u hojeado todos los miembros del tribunal, aunque uno de ellos (Francisco Ynduráin Hernández), por ignorados motivos, no pudo asistir. Los miembros presentes eran profesores ilustres y concienzudos (Alonso Zamora Vicente, Rafael Lapesa Melgar, Francisco López Estrada y Julio Fernández Sevilla). De no haber faltado el primero, podría haber roto el empate que, presumiblemente, existía sobre la valoración de este añadido. Unos lo encontraban “genial”, otros lo veían algo esperpéntico, tirando a tomadura de pelo. Yo mismo, ante una perplejidad semejante, quizá me habría abstenido; pero de ese dilema me libré porque no tenía vela en aquel apagón (los doctorandos no pueden autoproclamarse merecedores del cum laude u otra calificación de su estudio). Un día pondré dicho suplemento en algún borrador accesible, por si algún curioso o aburrido lector se presenta con la intención de hacerse una idea y opinar en consecuencia.

Mi Personaje enseguida revelaba un aura especial. Me recordaba a los de Cervantes (Don Quijote, el Licenciado Vidriera y otros de menor cuantía), por dos razones suficientes en sí. La primera e inmediata, por el carácter entreverado de su personalidad, de locura y cordura, o viceversa; la otra quizá debería callármela, y saldría ganando mi autoestima. Confieso que las obras de este autor son de las pocas que he leído una o dos e incluso más veces. La inmensa mayoría de los otros autores que escribieron en español (y no digamos en casi todas las otras lenguas) no las he leído ni siquiera una vez, y no ha sido por mala voluntad o falta de interés. No. Simplemente, me ha faltado tiempo, y esto, aparte de la tendencia innata a pensar en las musarañas en cuanto me descuido, se debe principalmente a que llegué a este mundo con un condicionamiento crónico. Soy un hablante empedernido y un oyente aficionado, porque me chiflan las frases lapidarias y los términos rancios o innovadores que oigo, y, lógicamente, me ayudan a amueblar la conversación, aunque esta, por lo general no llegue a ninguna parte, en el supuesto de que los interlocutores caminen en el mismo sentido. Para mí, es un continuum incesante, aunque no se oiga, un empedrado de dichos, redichos y comentarios, como el cuento de nunca acabar. Por supuesto, el mérito lo tiene el oyente, si consigue aguantar la paliza, despierto o dormido (si lo hace sin roncar).

Bueno, pues Mi Personaje de Navasfrías estaba en posesión de todo eso y otros dones. Sin duda, los padres, padrinos o abuelos le habían puesto un nombre predestinante, “alto, sonoro y significativo”, casi cervantino, porque todos los componentes del complejo nominal (nombres de pila y apellidos) cuadraban como anillo al dedo de una figura cómica y seria, benévola e inocente, noble y caballeresca, bucólica y algo serragatina o montaraz. Se llamaba Hilario Santos Caballero Montero. De estatura mediana; rondaría los cincuenta o sesenta años en 1974; y tenía una calvicie en forma de corona, en verano cubierta con un sombrero. Un cuaderno escolar de aquellos que llevaban la tabla de multiplicar en la contracubierta le servía de soporte a sus poemas ripiosos, apuntes y comentarios. Los vecinos que hacían caso omiso de su predisposición para la creación artística lo conocían por Santos, sin más; los otros navasfrieños, maliciosos (Maganos, para los comarcanos), quizá, a sus espaldas, no estarían lejos de ver en él la encarnación del tonto del pueblo. No lo era, y me esforcé por convencer a alguno de lo contrario.

Con el tiempo, casi me acostumbré a verlo en el huerto que tenía a la entrada del pueblo, llegando de Casillas de Flores, a la derecha de la carretera. Desde allí oteaba el horizonte cercano, que no podía ensancharse mucho, por impedírselo el emblemático Bardal, majestuoso y sombrío. Para su inquietud contemplativa le bastaba con el tramo nadable del río Águeda. Allí, aparejadas con los novedosos bikinis, se remojaban hasta la cintura o se zambullían las mozas en ciernes (allá a medias arcas, decían los viejos todavía), tanto del lugar como rapaciñas portuguesas, vueltas de Francia. Santos no tenía prejuicios misóginos ni xenófobos. Rebasada la cincuentena de años, y con una edad sentimental rayana con la mediana adolescencia, los estímulos de la carne no debían de volar por debajo de la poética imagen cerebral. En el corro de las gráciles náyades del aurífero río, que lleva el nombre de un monasterio benedictino, cuyas ruinas dormitan o subyacen en el barrio adyacente a la puerta de La Colada de la muralla civitatense, no debía de figurar la Conchona, sin duda ocupada en labores culinarias.

A juzgar por el aumentativo hipocorístico que le dedicaba el buen Santos, la referente no destacaría por una frescura primaveral, sino por cierta madurez y consistencia física, que el cronista prefiere no calificar de jamona, por no atreverse a desafiar el rayo fulminante del “género femenino” actual y, principalmente, porque no recuerda haberla visto nunca. De esta dama, o sea, de esta Dulcinea, recibía Hilario Santos Caballero inflamadas epístolas, que solían sellarse con un misterioso acrónimo: PPI (o ppi.). Pero el cifrado, al menos intencionalmente, revelaba su transparente motivación en alguna parte de la misiva: “Porque era de padres italianos” (y no del Partido Popular Italiano, o de alguna pejiguera de proyecto pedagógico individual, o algo por el estilo). El secreto de estos amores corteses estaba tan mal guardado que solo el beneficiario (y quizá la Conchona) ignoraba que este sobrenombre se refería a la cocinera de un grupo de muchachos foráneos, que acampaba por allí en verano. No les faltaría gran cosa para ser consumados pícaros. Alguna organización juvenil los enviaba de Vallecas, uno de los barrios más populares de los castizos Madriles, bastante alejado del barrio de Salamanca, donde anidan otra clase de pájaros.

Aquellos chicos no debían de ser gente desalmada (o no del todo), porque para eso hace falta intenciones malignas, perversas y diablescas, que aquellos jovenzuelos no habrían tenido tiempo de cultivar. Eso sí, se divertían a costa del prójimo, como casi todo el mundo. El mismo Santos tendría ocasión de comprobar los buenos sentimientos de los chicos de Vallecas, quienes lo invitaron a visitar Madrid, y no lo desplumaron, sino que lo agasajaron y lo acompañaron por los lugares más emblemáticos de la capital de España. El Poeta del Bardal lo pasó en grande. Uno de los descubrimientos más apreciados fue el metro, donde efectuó un viaje casi aéreo, en volandas y con ribetes qujotiles, entre dos estaciones. Se metió en un vagón con el rebujón de gente, pero no anduvo listo, y entró con los últimos viajeros, de modo que al cerrarse automáticamente la puerta, quedó colgado de la parte superior de la chaqueta. Él contaba la experiencia, riéndose de la misma y recordando otra similar, vivida en los compartimentos de la puerta giratoria de un banco o local comercial, que, sin pretenderlo, le sirvió de tiovivo por unos instantes.

A todo esto, ¿qué fue de la Conchona? Se esfumó. Algún alma caritativa, o quizá celosa, sacó al ingenioso Poeta del Bardal de su utopía. Pasada una decena de años o más, revelaría su desengaño al cronista, con cierta amargura, pero sin rencor.


Hilario Santos Caballero Montero,
Poeta del Bardal, leyendo sus poemas en la Plaza.

(Fotografía de AIO. Navasfrías, 1974)

16 junio 2025

DEL SUMIDERO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

DEL SUMIDERO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Sánchez-Tosal Pérez
DEL SUMIDERO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

    Sabido es que nos ganó Portugal, algo que no nos esperábamos, pues todos en el fondo nos sentíamos como más fuertes. No fue así, y sobre el terreno todo el mundo guardó la compostura. El público español, triste, pero respetuoso. Los jugadores, abatidos, pero enteros. Los medios españoles, muy comedidos y muy certeros en sus comentarios.

    Hasta aquí todo normal, pero ¡Ay luego!... Por televisión y por redes sociales, nos enteramos de que la familia de Morata, está siendo toda ella amenazada de muerte. No les valía solo él, sino además sus hijos y su mujer, eran también blanco de su venenosa e injustificada ira. Como si Morata no tuviera ya bastante con su desacierto técnico, que no humano.

    Lo primero, ante estos.... (les dejo a ustedes que pongan el calificativo a su gusto,) uno se queda en blanco, para inmediatamente pasar a la indignación, la compasión, y el deseo de que sea debidamente protegida toda la familia.

    Luego, uno respira, y pasados los primeros ratos de atontamiento se pregunta... ¿Qué es lo que hacemos mal para que entre nosotros, surjan estos monstruos? Y llego a conclusiones varias. Primera, las raciones de fútbol que se reciben continuamente, pues no hay día que no se emita un partido en nuestras televisiones. Segunda, la importancia que se le da, y la que tiene en cuanto a la relación de los resultados con la economía del club, pues ya hace tiempo que estos han dejado de ser entidades afines a su ciudad, para pasar a ser propiedad de particulares que los manejan a su antojo, para promoción personal y de negocios.

    Todo esto, no hay duda que crea un caldo de cultivo, que si no justifica estas reacciones inhumanas para con Morata, ni las peleas que forman entre las distintas hinchadas, convirtiendo en campos de batalla los terrenos de juego y las zonas cercanas a los estadios, nos acercan a entender dónde se forman estos personajes.

    Por tanto, detestarlos y sancionarlos, sí, pero cuidado, no quedarnos con las manos quietas, visto hasta donde han llegado los muy poco edificantes intereses del fútbol. O a estos se les ataca, o éstos nos seguirán atacando a todos, pues también está claro que el fútbol es el sumidero que trata de canalizar toda la frustración y agresividad que produce esta sociedad cada vez más desigual, pero ojo, que se está llegando a través de él a un grado de violencia ya casi tan peligroso como la sociedad que lo produce.

15 junio 2025

MARTÍN CHIRINO: 'LA RESPUESTA ESTÁ EN EL VIENTO', por José Luis Puerto

MARTÍN CHIRINO: 'LA RESPUESTA ESTÁ EN EL VIENTO', por José Luis Puerto - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Puerto
MARTÍN CHIRINO: 'LA RESPUESTA ESTÁ EN EL VIENTO', por José Luis Puerto

    A estas alturas ya lo percibimos con claridad: en la cultura española contemporánea, ocupa un lugar destacadísimo la llamada generación del medio siglo, o de los cincuenta, del siglo pasado, claro está. En los terrenos del arte, de las artes (en sentido amplio), de la literatura (poetas, narradores…), de las humanidades…, tal generación es clave y ha impulsado nuestra cultura contemporánea a una gran altura y con una enorme proyección universal.

    Los miembros de la generación del medio siglo, tras realizar su tarea y cumplir una vida dedicada a la creación literaria o artística, se han ido yendo. Estos años, estamos celebrando el centenario del nacimiento de no pocos de ellos.

En el presente, se cumplen cien años de la venida al mundo del escultor canario Martín Chirino (Las Palmas de Gran Canaria, 1925 – Madrid, 2019). Su peripecia creativa es poderosa. Así como también sus avatares existenciales. No cabe aquí ni siquiera un resumen de todo su quehacer.

    Dos son los rasgos que ahora nos interesan, como punto de partida: su pertenencia al grupo El Paso (febrero de 1957 – mayo de1960) y su relación con los artistas de tal movimiento artístico; así como su vinculación con grandes creadores canarios de su tiempo, como Manuel Millares, el gran pintor de las arpilleras, también de El Paso, el poeta Manuel Padorno, o los intelectuales del grupo de Tenerife Eduardo Westerdhal, Domingo Pérez Minik y Pedro García Cabrera.

    Pero, más allá de grupos y de contextos generacionales, la aventura y significación de la obra de un artista se desarrolla en la soledad. Es ahí donde se plasma el pulso creativo.

    El de Martín Chirino tiene al hierro como materia con la que trabaja, con todas las significaciones que posee: la procedencia de la entraña de la tierra, el fuego, la forja, el dominio de la materia para hacerla vibrar y significar estéticamente. Y, a partir del hierro, nuestro artista desarrolla su maestría y su creación.

    Ahí está la aventura creadora de Martín Chirino. Que va configurando su quehacer escultórico a través de formas que, con un hermoso significado simbólico, se van sucediendo. La espiral como emblema siempre, como el tema más recurrente de su obra, que aparece ya con su escultura no en vano titulada “El viento”.

    Y es que, en un escultor como Martín Chirino, están dialogando siempre la gravedad y la ingravidez, la pesantez y la gracia, la materia y la inmaterialidad. Y esa materia transfigurada y ofrecida a todos adquiere su significación en la luz, en el aire. La respuesta, como dijera Bob Dylan, está en el viento. Y es ahí donde la escultura de Martín Chirino se ofrece poderosa siempre.

    Ya se trate de la espiral (con su innegable significado cósmico y de matriz universal, proyectándose siempre hacia la fecundidad y la vida, en un doble movimiento continuo de retracción y contracción); de la serie de “mediterráneas”, esas esculturas de chapa de hierro, soldadas y de vivos colores; de la posterior de las “ladies”, esas figuras femeninas recostadas que, de nuevo, sumándose a la espiral, recalcan las significaciones simbólicas de la fecundidad y generación de la vida; o ya de los maravillosos “aeróvoros” (de nuevo, el aire, el viento)…, la escultura de Martín Chirino crea un nuevo tipo de belleza, misteriosa, simbólica y muy contemporánea, llevándonos a los arquetipos de la matriz (la espiral), del espacio cultural e histórico (‘mediterráneas’), de la mujer (las ‘ladies’) o del aire (‘aeróvoros’).

    Sin olvidar la reivindicación del origen, que, desde 1976, se va plasmando entre los intereses del artista, con el “Manifiesto del hierro”, o la reivindicación del arte aborigen canario, su vinculación con África –de ahí surgirá la nueva serie de “Afrocán”–, sin olvidar la universalidad del arte nunca.

    El pasado 17 y 18 de mayo, en unas jornadas sobre “Cultura y escultura”, celebradas en la localidad burgalesa de Caleruega, se le hizo un humilde pero hermoso homenaje a Martín Chirino en el centenario de su nacimiento. Eduardo Rodríguez (esposo de la hija del artista) aludió a todos los actos programados, mientras que Isabel del Río trazó una visión sintética y lúcida sobre el artista.

    La celebración de tal centenario va a tener, está teniendo, otros hitos con gran proyección, con exposiciones en Avilés, o en Las Palmas de Gran Canaria, entre otros actos, para celebrar la belleza contemporánea creada por ese artista forjador del hierro, tan delicado y poderoso, de obra tan misteriosa como esencial, que es el escultor canario Martín Chirino.


13 junio 2025

HOMENAJE A ÁNGEL MARTÍN CAÑO (In Memoriam), por Santiago Corchete Gonzalo

HOMENAJE A ÁNGEL MARTÍN CAÑO (In Memoriam), por Santiago Corchete Gonzalo - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

Santiago Corchete Gonzalo

 

 

 

 

 

HOMENAJE A ÁNGEL MARTÍN CAÑO (In Memoriam), por Santiago Corchete Gonzalo

9 diciembre 2024 


Ángel, ¿por dónde andas?, ¿qué tal estás? FELIZ NAVIDAD.
    Abz.
    Santiago C.

9 diciembre 2024

PAISAJE DE ESCALERA (*), por Santiago Corchete Gonzalo

Santiago Corchete Gonzalo


 

 

 

 

 

PAISAJE DE ESCALERA (*), por Santiago Corchete Gonzalo

     Vas subiendo peldaños
de una pina escalera temporal
que ignoras donde llevan; la ascensión
te distancia del niño que va también contigo,
por cuanto la escalera
de continuo te aleja del que fuiste
tras pisar territorios que ayer eran
campos de pan llevar, vergel cuidado,
y hoy están invadidos de cardales.

     Asumes tu heredad de muerte y polvo
mas, cuando alguna vez
intentaste bajar esa escalera
con palabras que saben a regreso,
has visto cómo las heridas
leales de la infancia
aún no han terminado de escribirse
ni de cicatrizar;
y al haberse borrado los peldaños
que te impiden volver a la niñez,
imploras que el olvido y el silencio
restituyan tu nombre, para así,
muriéndote, incurrir
en la dicha postrera de nacerte.

     (*) de mi poemario (inédito)
      LIBRO DEL PAISAJE
   Santiago Corchete Gonzalo
17diciembre 2024

Querido Santiago: Veo que estás escribiendo poesía de madurez en el sentido más profundo. Poesía con denominación de origen y escrita desde la cúspide de la madurez vital. Da la impresión de estar contemplando el balance de una existencia.
Espero que de salud te encuentres tan sano como tú poesía. Un abrazo

¿ÁRBOLES O HUMANOS?, por Santiago Corchete Gonzalo

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