SIN ELLOS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
El sábado pasado, un año más, y dentro de los actos precarnavaleros se celebró el del Bolsín Taurino en el Teatro, con una entrega de premio al alcalde, y con la actuación del grupo Charros y Gitanos que capitanea José Ramón Cid en una tarde que ya iba encarrilada brillantemente con la anterior actuación en la catedral del Coro y Orquesta Radley College inglés, formada por niños que cantaron como los ángeles.
La actuación de Charros y Gitanos, si bien fue igual a otros años a la vez fue distinta, diría que es ya más perfecta técnicamente en cuanto al acoplamiento de ambas músicas, que por tanto se desarrolló durante todo el acto con mayor soltura. A esto hay que añadirle las muy bien elegidas canciones, cosa que llevó al público a estar de lleno dentro del espectáculo, que culminó con una interpretación gitana de La Campana Gorda muy original, la cual emocionó al público y lo hizo partícipe. Digamos que fue una noche de alegría y muy gozosa de la cual todos los asistentes salimos con cara de satisfacción.
Tuvo a mi entender una carencia, que fue la falta de presencia entre el público de la sala de gitanos, puesto que el espectáculo es una expresión de su arte, y al mismo tiempo una fusión entre las músicas populares de nuestra tierra, como muy bien lo explicó José Ramón Cid, de charros y gitanos. Esto fue para mí una pena, puesto que quizá sea por parte del pueblo gitano una renuncia a sus raíces históricas más sentidas y hondas. El cante hondo flamenco nació en las cárceles, cuando un rey de manera arbitraria decidió meterlos a todos ellos sin motivo en ellas y de la forma trágica de comunicarse entre los presos y la familia sola y en la calle brotó el cante hondo, hoy Patrimonio de la Humanidad.
Que a esto no acuda hoy nadie del pueblo gitano es preocupante, pues seguro es por ignorancia de su propia historia y de lo perdidos que están ya en este momento debido al rompimiento con su historia vital, por causas que les pusieron en sus vidas manos que en ellos vieron personas desvalidas, y a las que utilizan para que pongan la cara en negocios fuera de la ley, cosa entre otras muchas le ha hecho perder el norte.
Bueno sería que en otras oportunidades reaparecieran por la sala y se diera el reencuentro con su enorme música histórico sentimental, pues esto supondría a la vez un reencuentro con ellos mismos, ahora que tan perdidos y desvalidos están, aunque aparentemente crean y a algunos les parezca lo contrario que están empoderados. Y así a la vez con la sociedad, sería un empezar a salvar a un grupo humano perdido y con ello a nosotros mismos, pues sin ellos somos peores.