Ateneo Virtual Mirobrigense es un blog de opinión ubicado en Ciudad Rodrigo, en el que se expresan las inquietudes, ideas y pensamientos de los articulistas

10 abril 2025

EL PREVISOR, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

EL PREVISOR, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Sánchez-Tosal Pérez
EL PREVISOR, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

    Salimos al campo, es domingo, y aunque he comprado la prensa prefiero no leerla hasta pasado el día, pues cada vez es más duro enfrentarse a la realidad, puesto que ésta cada día que pasa se hace menos digestible.

    En la sierra, concretamente en Sotoserrano, donde hacemos la ruta de los Tres Ríos, vamos riendo, primero entre olivos, y después con las aguas que estos días bajan de las nevadas montañas, alegres y cristalinas. Procuramos conversación relajada y hablamos de lo hermoso que está el día, lo adornado que está el campo, que a pesar de las danas, está queriendo romper ya primaveralmente con sus olores y flores brotando, aunque aún sea con timidez.

    Acabada la ruta disfrutamos de una comida que está muy rica después de andar, y de los relajados comentarios de unos y otros. Luego, cada uno para su casa, con un día ganado a la causa del "buen vivir", por lo hecho y por lo deshechado. Naturalmente vuelvo con la radio apagada, sería demasiado, de repente, entrar en el mundo de los aranceles, las bolsas, los Trump, Putin, Netanyahu y Miley, las armas, y las alianzas tan precarias y temidas como interesadas, y de todo lo cual al menos el domingo me resisto a prestar atención. Eso sí, pero con la mosca en la oreja, pues nada es perfecto, dado que en la ruta, encontramos una construcción de una especie de castillo que levantaba un solo hombre al cual me atreví a decirle "¿NO es mucha vivienda?", a lo que él me contestó " No es para mi, lo hago con vistas al turismo, con el fin de asegurarme la vejez, pues tengo claro que lo que sucede en EE.UU. nos termina llegando a todos, es decir, que no habrá pensiones ni seguridad social". Lo que ¡Mira por donde!, y a pesar de huir de ello, lo fuimos a encontrar en pleno campo, que en un principio nos aislaba y protegía del susto social que estos días recorre el mundo como aquel temido fantasma comunista de principios del siglo pasado.

    Y es que si nos llega el miserable mundo de los EE.UU. a Europa, cierto es, que es lo peor que nos podría pasar, pues es un país donde vagan por las calles sus viejos sin pensiones y enfermos moribundos por no poder costearse la asistencia médica, lo que los lleva a morir en ellas, en el país más poderoso económicamente.

    Está claro que nada es perfecto, y menos en este mundo tan abocado a la imperfección como así este encuentro, con este hombre tan previsor que lo corrobora. Veremos si entrados en esa situación, a pesar de su previsión, tiene turistas. Lo que sí es cierto es que a nosotros nos metió el miedo, y nubló parte del hermoso día.

    Y esto, lo he procurado guardar para el final del artículo, como en la marcha lo guardamos en el subconsciente, para no estropear el día.


09 abril 2025

UN RECURSO, por José A. Blanco

UN RECURSO, por José A. Blanco - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José A. Blanco
UN RECURSO, por José A. Blanco

Sentado al final de la barra, frente al “aperitiveo” del tentempié, pedí un exprés acristalado largo de cafeína y una tosta embalsamada, como antaño, o sea, con agrado. Uno se hace mayor y rejuvenece con los amigos o en el bar. Sin amistades siempre queda el rincón de la taberna para rendir cuentas o liberarse de tanta patraña y mediocridad.

08 abril 2025

SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (IX): EL SANCHISMO Y EL PANCISMO, por Ángel Iglesias Ovejero

SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (IX): EL SANCHISMO Y EL PANCISMO, por Ángel Iglesias Ovejero - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

Ángel Iglesias Ovejero
SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (IX): EL SANCHISMO Y EL PANCISMO, por Ángel Iglesias Ovejero

La perversión lingüística de la derecha política en España, rasgo crónico ya señalado (v. II), se centra en el término sanchismo en vez de socialismo, desde que en el partido conservador (aquí con la mascarilla PaPo), enraizado en el franquismo histórico, perdiera el poder a consecuencia de una moción de censura en 2018. Esta mutación semántica supone en el fondo un reconocimiento implícito de los valores democráticos del adversario político (un partido de izquierda muy moderado y con vocación de gobierno), pero intencionalmente persigue el descrédito político de quien lo encarna. Paradójicamente, fueron los mismos socialistas quienes les dieron la oportunidad de usar este bastón para sacudirles el lomo. En efecto, la consulta de la hemeroteca (lasexta.com/30-jun-2023) permite comprobar que los mismos líderes de dicha izquierda, entre 2014 y 2018, empezaron a rechazar las referencias a divisiones y particularismos dentro del partido (sanchismo y madinismo, respectivamente derivados de Sánchez y Madina), para insistir en el ideario que los unía (el socialismo). Los centristas (insípidos Panzones) primero y los del PaPo después empezaron a frotar la lamparilla del sanchismo a ver si daba el resultado apetecido, lo cual hasta ahora se hace esperar, para desesperación de los manipuladores del lenguaje.

Así pues, repetimos, con la palabreja sanchismo se trata deslegitimar al actual presidente del gobierno español, que es portador de un nombre de pila muy proverbial en español y de connotaciones encontradas, aunque compatibles, en el refranero. Tiene multitud de tocayos en la hagiografía, la historia y el folclore: un apóstol más valiente de boquilla que de hecho, renegador del Maestro, pero arrepentido y perdonado; un rey Cruel, víctima mortal de su propio hermanastro (en un antecedente muy elocuente del cainismo español); un criado de muchos amos, a quienes engaña, en justa compensación por la presumible o declarada mezquindad de los mismos. La polivalencia del autónimo (nombre de persona) es tan amplia que su manipulación resulta poco eficaz, aunque su copiosa divulgación en la onomástica hispánica (por ello funciona como pronombre indeterminado, ‘un varón cualquiera’: “Como Pedro por su casa”) y en el refranero (uno de los tres más frecuentes) quizá arrastre cierta connotación de plebeyez y eventual desestima (“Apenas me llamo Pedro”). Por este flanco presenta afinidad con el apellido Sánchez, que es también uno de los apellidos más frecuentes en la onomástica hispánica (Iglesias, Diccionario, 2022: Pedro y Sancho / Sánchez).

El apellido Sánchez puede dar mucho más juego a los manipuladores del lenguaje, no solo por su frecuencia, sino por la icónica transparencia radical del antropónimo Sancho (santo, ancho, sano), muy lejos ya del valor etimológico (lat. Sanctus o Sanctius ‘santo’), tanto que en ciertos lugares, como en el período clásico, designa el cerdo, como en América el parónimo chancho. No creo que los políticos del PaPo o de otros partidos, estén más interesados por estas disquisiciones etimológicas y léxico-semánticas que la mayoría de los electores. Sin embargo, las connotaciones indicadas (plebeyez, vulgaridad), no hay que ir a buscarlas por esa vía de laboriosa pisada, cuando a la mente de cualquier español la mención de este nombre provoca la asociación nominal Sancho Panza, denominación compleja del segundo personaje o coprotagonista del Quijote. Lo saben incluso los que no lo han leído. Desde principios del s. xx, y quizá no mucho antes, el héroe cervantino en el casticismo español ha encarnado el idealismo “ético”, representativo, dentro de su locura, de las esencias hispánicas superiores (alto y enteco, hidalgo, enamorado y soltero, senequista, instruido y sin malicia), y su compañero Sancho, incluso sin el apellido Panza, por polarización, carga con el sambenito del prosaísmo “sin estética” (pequeño y barrigoleto, campesino pobre, casado y con hijos, ignorante y cazurro (Iglesias, Diccionario, 2024: Don Quijote de la Mancha).

Es una lectura simplista, pero así es como se aprovecha en la estrategia “españolista” de los del PaPo y sus aliados (Gargantones o Vozarrones), que aspiran a hacerse con el poder en España. Ellos se identifican con la imagen de altruistas e idealistas defensores de las “glorias imperiales”; y construyen un traje a la medida para el sanchismo de su actual presidente, quien además de vender la “patria” a los independentistas, como los enemigos del rey Rodrigo a los moros, sería un inepto materialista y nepotista, “sin ética ni estética”. Olvidan que el pancismo, aplicable a la corrupción, les viene a ellos mismos de su genética franquista, cuyo legado tienen ahora la desvergüenza de reivindicar, porque: “El cuerno que ha tenido miera, siempre está soltando de ella” (decía mi admirada madre). Por añadidura, y sin que esto sirva de excusa a presuntos comportamientos éticamente deficientes, cabe señalar que Cervantes le confiere a Sancho cierta superioridad moral sobre los señorones y gente instruida que se burlan de su ignorancia, pues en su gobierno de la imaginaria isla de Barataria, guiado por su instinto de justicia, gobierna correctamente.

07 abril 2025

MENUDOS CAMINOS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

MENUDOS CAMINOS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Sánchez-Tosal Pérez
MENUDOS CAMINOS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

    Una de las cosas que más debieran preocuparnos es la educación de los niños. El problema, es que ahora que tienen a su disposición, gracias a las pantallas, la versión del mundo con toda la crueldad que éste está mostrando en estos momentos ¡Qué decirles! ¡Cómo explicarles cuáles son las razones de bombardear niños un día sí y otro también en Palestina, donde el año 2024 han muerto más niños que en el resto de conflictos que hay en el mundo en estos días.

    Ciertamente estaremos desarmados moralmente, para inculcar nada ético a todos los críos, lo cual no es chico problema, pues con estas bases ¿dónde podemos ir a parar? O mejor dicho ¿dónde hemos ido a parar ya? Pues según Netanyahu, ahora que salió de paseo a la casa de Viktor Orbán a un mundo distinto del que se intentaba regir por reglas y desde el cual las organizaciones velaban por su cumplimiento. A las cuales Netanyahu las ha declarado obsoletas y con ellas al mundo que trataban de amparar.

    La pregunta es, por esos nuevos caminos sin reglas, y que en su propia casa han llevado a que en su guerra, como ya hemos dicho, hayan muerto más niños palestinos que en todos los demás conflictos que en el resto del planeta... ¿dónde nos puede llevar y qué mundo dejamos a nuestros hijos y nietos?

06 abril 2025

¿ABDUCCIÓN?, por Santiago Corchete Gonzalo

¿ABDUCCIÓN?, por Santiago Corchete Gonzalo - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

Santiago Corchete Gonzalo

 

 

 

 

 

 

¿ABDUCCIÓN?, por Santiago Corchete Gonzalo

- ¿ABDUCCIÓN? -

     No mires hacia atrás ni tan siquiera
con ayuda de las fotografías,
donde el tiempo, que fue dolor real,
quedó petrificado y convertido
en estatuas de sal, perpetuamente,
que se hallaran en ruinas.

     Cultivar la ilusión recordatoria
es cosechar inviernos en verano,
pues los pájaros de la juventud
no cesan de volar el horizonte
donde la vida alumbra los asombros,
hasta el día en el que desaparecen.

'UN RARO OFRECIMIENTO' (LA POESÍA DE MARIANO CASTRO), por José Luis Puerto

'UN RARO OFRECIMIENTO' (LA POESÍA DE MARIANO CASTRO), por José Luis Puerto - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José Luis Puerto
'UN RARO OFRECIMIENTO' (LA POESÍA DE MARIANO CASTRO), por José Luis Puerto

        De vez en cuando, tenemos suerte y nos acude a visitar la poesía verdadera, tan escasa, tan esquiva, tan retraída… Cuando advierte algún peligro, territorios hostiles, se retira, como el alma, hacia sus territorios; un ángulo le basta. Porque la poesía –como dijera el querido José Ángel Valente– no tiene público, tiene lectores.

       Y esta vez nos visita esa poesía verdadera a la que aludimos de la mano de Mariano Castro (Zaragoza, 1954), médico y poeta, un retirado en Trasmoz, a orillas del Moncayo, ese dios que ya no ampara, como dijera José Antonio Labordeta, esa cima tutelar, a la que Mariano Castro dedica el hermoso poema ‘(Moncayo)’, al que llama “tótem antiguo” al que el poeta recita su gratitud.

    Y, a través de Mariano Castro, nos visita esa poesía verdadera, con su último libro ‘Del giro en la quietud’ (Olifante, Zaragoza, 2025), un poemario marcado por la melodía de la levedad y que transita, con voz propia por ese territorio que el poeta mismo nos delimita, a través de citas y de nombres, como los de Juan de la Cruz, la poeta sefardí Clarisse Nicoïdski, José Ángel Valente, María Zambrano (de modo indirecto, a través de sus ‘claros del bosque’) o el también escritor judío sefardí Elías Canetti.

    Pero, en el propio título, hay un término, un concepto, que no se nos debe escapar: “quietud”. Estamos ante un guiño. Tal quietud, que adopta el poeta como bandera, como un modo de estar en el mundo, se halla ya, y de qué modo, en ese místico heterodoxo aragonés que fuera Miguel de Molinos, en su maravillosa ‘Guía espiritual’.

    Toda una cartografía creativa que nos muestra las claves del tránsito del poeta: la mística, la ascesis de la palabra, así como las poéticas contemporáneas de la esencialidad y del silencio. Que no es poco. Y Mariano Castro, a través un decir leve que marca también la extensión de cada poema, en las tres partes en que se estructura poemario, desarrolla una suerte de meditación, de ‘meditatio’, de decir meditativo que nos impregna el ánimo.

    Podemos entender el libro –y así queremos hacerlo– como “un raro ofrecimiento” (en expresión utilizada por el poeta); un ofrecimiento de un yo a un tú, tal y como también nos sugiere la cita inicial del poeta francés Bernard Noël

    Hay, sí, un continuo ejercicio de ascesis (levedad, dicción sobria, cierto laconismo…); una profesión de existir a través del ejercicio místico y sanjuanista de la negatividad: no te hagas…, no reclames, no exijas, no busques, no pretendas…; así como una propuesta del vaciarse… Tal elemento, de distintos modos, atraviesa el libro. Para el poeta, este es un camino hacia una sabiduría que consigue “quien se olvida a sí mismo”.

    Pero, en él, hay varios territorios esenciales que se interconectan y que configuran el decir del autor: el paisaje, la naturaleza (sentido de la espacialidad); el tiempo (sentido a la altura de la edad y de la experiencia vivida); y la indagación en la propia psique, en la psique del ser humano.

    Si recurrimos al paisaje, al territorio, nos aparece Trasmoz, el Moncayo, el lugar investido de “música infinita”, el invierno, la nieve, el bucolismo (esquilas, rebaño). Es un elemento que también atraviesa la obra de modo transversal.

    Lo mismo que esa suerte de introspección psíquica, en la que aparecen claroscuros, y en la que nos encontramos con esas estéticas barrocas y quevedianas del humo, la ceniza, el polvo enamorado, el dolor o la muerte, que desembocan en la nada. Porque hay, sí, en ‘Del giro en la quietud’, una tensión barroca de claroscuro.

    Y tal claroscuro está marcado por infinidad de dualismos que también marcan el significado, los significados del poemario. Tales dualismos son de varios tipos: espaciales, psíquicos, temporales, cósmicos... Nos decidimos a enumerar algunos, ya que nos parecen claves para entender la obra: canto / silencio; altura / valle; poder / arte; día / noche, noche / luz perdida ; paz / sufrimiento; condena / gracia… y otros más que marcan el sentido de este decir.

    En fin, todo lo hasta aquí indicado no son más que sugestiones, surgidas al hilo de la lectura ‘Del giro en la quietud’. Un libro en el que el autor, Mariano Castro, nos realiza una invitación, con la que, recogiendo el guante que el poeta nos lanza, nos quedamos:

“escucha con fervor / el susurro inaudible de la vida: / en su ritmo está el tiempo / y en él te encuentras tú.”

    De vez en cuando, acude hasta nosotros la poesía verdadera, la palabra que requiere una vida intensa del espíritu para alumbrar una belleza esencial, marcada por la melodía de la levedad, frente a tantos excesos.

    Esta vez nos visita de la mano de un poeta maduro, con una hermosa obra lírica publicada, que sabe que el creador ha de permanecer en su lugar, ha de crear un lugar ético y estético.

    Porque la poesía no está en los escenarios, ni en los primeros planos, ni en los suplementos periodísticos muy publicitados… Es huidiza, como el alma. Está en determinados lugares (un término, 'lugar', clave en nuestro poeta); entre otros, en los versos de Mariano Castro.

03 abril 2025

DE ÚLTIMAS VOLUNTADES, por Santiago Corchete Gonzalo

DE ÚLTIMAS VOLUNTADES, por Santiago Corchete Gonzalo - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo
Santiago Corchete Gonzalo

 
 
 
 
 
 
 
 
 
DE ÚLTIMAS VOLUNTADES, por Santiago Corchete Gonzalo
 
DE ÚLTIMAS VOLUNTADES

                      - I -

     Si todo cuanto vive es transparente
como una gota de agua es a su próxima,
no hay nada que temer, solo esperar.

                     - II -

     Lo material es a lo inmaterial
un simple precedente transitorio,
sin magia por delante ni detrás.

                    -  III -

     En el recinto de la trascendencia
se halla escrito con letras misteriosas
el destino que incumbe a cada cual,

                  - y IV -

     ... Por eso tras el trance de morir
cuanto haya de ocurrir, ocurrirá,
viajando mis cenizas a algún mar.

02 abril 2025

UNA PROPUESTA CON O SIN FUNDAMENTO, por José A. Blanco

UNA PROPUESTA CON O SIN FUNDAMENTO, por José A. Blanco - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

José A. Blanco
UNA PROPUESTA CON O SIN FUNDAMENTO, por José A. Blanco

Y como por carnaval todo pasa propongo el encierro a toro pasado. Los caballos dan mucho que hablar y poco juego. Las corridas… allá cada cual. Si eliminamos toro, caballo y torero se pierden excusas pero se gana ingenio. Que comparsas y charangas abran paso a la matraca y liberen calles, parques y plazas de esa tauromaquia del recogimiento. Eso sí, como propuesta electoral, un fracaso. Digo yo.


01 abril 2025

SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (VIII): EL ARTE DE MOTEJAR Y EL VICIO DE INSULTAR, por Ángel Iglesias Ovejero

SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (VIII): EL ARTE DE MOTEJAR Y EL VICIO DE INSULTAR, por Ángel Iglesias Ovejero - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo

Ángel Iglesias Ovejero
SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (VIII): EL ARTE DE MOTEJAR Y EL VICIO DE INSULTAR, por Ángel Iglesias Ovejero

Tras unas cuantas chuletillas de “sin ética ni estética” referidas al ancho mundo y al espacio mirobrigense, quizá estemos en condiciones de afirmarnos en nuestro objetivo de no confundir completamente una cosa con la otra cuando, irónicamente, interpretamos o recreamos nombres y cuando los relacionamos con comportamientos de personajes públicos o tradicionales. Obviamente, en ningún caso nos ocupamos en el ejercicio del amor fraterno. Postulamos que “sin ética” refleja la valoración negativa en la dicotomía de lo bueno / lo malo, con respecto a una norma social de conducta, asentada en principios que, en la peor de las hipótesis, no debe de ser dañina para la vida misma. La falta de “estética” se percibe como una carencia o deficiencia de o en lo bello, equivalente de lo feo, según criterios de valoración más o menos objetivos / subjetivos y cambiantes en el tiempo. La belleza y la fealdad producen efectos contrarios, el placer o el rechazo estético, de naturaleza mental, anímica o emocional. Un producto artístico puede ser hermoso y condenable (por ejemplo, una buena película no presupone comportamientos recomendables) o muy bueno y feo (un cuadro del Ecce homo se hizo famoso en 2012 por la desacertada restauración practicada, con la mejor intención, por una anciana). Por supuesto, de la maldad de los personajes no se deduce la del autor, pero cuando el autor y el personaje se identifican con el mismo referente, no sale muy bien parada la moralidad de la persona.

En las sociedades organizadas conforme a nuestra “cultura occidental”, poner nombre de persona (autónimos) a los individuos es un hecho de lenguaje que implica un efecto real en el nombrado. En la onomástica oficial (nombres de pila o meramente legales y apellidos) el referente personal, por pequeño o grande que sea, al ser registrado con su etiqueta nominal, queda integrado en el grupo de parentesco dentro del entramado social de un país. En la onomástica oficiosa (hipocorísticos y apodos) sucede algo parecido con respecto a grupos restringidos (pandilla, edad, profesión, etc.). En este caso el acto de nombrar o renombrar responde más visiblemente a una motivación afectiva, de valoración ambigua (positiva o negativa), perceptible en los hipocorísticos y de muy marcada connotación en los motes o apodos, generalmente no aceptados y con frecuencia ignorados por el motejado. Esta forma de nombrar es más espontánea que la oficial y se beneficia de la libertad del artista, que en la literatura ejerce el autor con respecto a sus personajes (y por delegación unos personajes pueden ejercerla en otros).

Al dador de nombres, siguiendo a G. Genette en su análisis del Crátylo (1972), conocido diálogo de Platón, lo hemos llamado onomaturgo (Iglesias [1989], 1991, “Nombres propios: Para una tentativa de clasificación”, en: Dictionnaire historique des noms de famille romans, p. 237). Su función la hemos analizado en algunos autores, y concretamente en Camilo José Cela, cuyos personajillos a veces se reducen al nombre y su glosa (Iglesias 1990, “Cela onomaturgo: los nombre propios en El Gallego y su cuadrilla”, Hispanística XX, 1990, pp. 81-201). Los grandes autores clásicos practicaban el arte de motejarse en verso unos a otros. Son muy conocidos en el mundillo escolar los sobrenombres artísticos de Góngora (Gongorilla), Alarcón (Corcovilla), Lope de Vega (de Beba) y Quevedo (de Bebo). Sin embargo, la poética de motejar no requiere estudios especiales, pero sí un ingenio natural del cual hacen gala los compadres y las comadres en los pueblos o en los barrios urbanos, movidos por alguna discordia entre unos y otros o por su propia mala uva. Suelen emplearlos a espaldas del referente y, por lo general y salvo que haya de por medio ingesta etílica, solo producen heridas de amor propio, de las cuales, y a diferencia de las de bala, no suele morir nadie.

Es un arma propia de los débiles en la jerarquía social. Los alumnos ponen motes a los profesores, los empleados a los jefes, los soldados a los mandos militares. No es un método recomendable y requiere discreción, porque encierra cierto riesgo. Encaja en lo que, por nuestra parte, hemos considerado “transgresión benigna”, que, sin ser reveladora de la maldad de la persona, permite desahogar la mala uva o la mala leche, aletargada en los fondos oscuros de los seres humanos (“Cada renacuajo tiene su cuajo”). No se excluye la interferencia entre el mote y el insulto, previsible como resultado manifiesto del odio personal y de la envidia, que, según el conocido catecismo del P. Astete, consiste en alegrarse del mal ajeno. En el ámbito público, sobre todo el de la política, a causa del eco mediático, se convierte en una estrategia interesada, como técnica de desprestigio y destrucción del adversario, que en modo alguno es tolerable con la excusa de la libertad de expresión. En España y en Francia, como en los países autodenominados democráticos, los representantes elegidos por el pueblo, a falta de otros argumentos, abusan de este recurso mezquino y perverso. Por añadidura, implícitamente es también una injuria para sus electores o los de otros partidos, dando por hecho que se regodean con esa clase de improperios contra sus homólogos y oponentes, en vez de apabullarlos con argumentos y, mejor todavía, con propuestas y medidas de gobierno, llevadas a comuelgo.

El insulto es un delito que debería ser castigado, sobre todo por los electores. El mejor castigo de su parte sería ir a ver, por la televisión, los partidos de verdad, que para mucha gente son los de fútbol, si juegan los buenos equipos, como hacen en ocasiones los mismos diputados o los ministros, cuando dan prioridad a tales eventos “nacionales” en los horarios de sus reuniones…

MILAGRO, por Acolumna S.González

MILAGRO, por Acolumna S.González - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
MILAGRO, por Acolumna S.González

Mi pequeño huerto 
tiene forma de Amor.

Me asomo,
soñadora yo
y ella, La Primavera
en su cortesía 
me muestra
nerviosa
el milagro,
opulento y vigoroso 
de la Vida.
Mi pequeño huerto, de Acolumna S.González


EL PREVISOR, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

EL PREVISOR, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo EL PREVISOR , por J osé Lu...