GRAN PLAZA, por José A. Blanco
Ateneo Virtual Mirobrigense es un blog de opinión ubicado en Ciudad Rodrigo, en el que se expresan las inquietudes, ideas y pensamientos de los articulistas
28 febrero 2024
GRAN PLAZA, por José A. Blanco
26 febrero 2024
ARRABALERÍAS, por Santiago Corchete Gonzalo
Me siento obligado desde el comienzo a afirmar que siento muy poca devoción artístico literaria por la vida y obra del autor Fernando Arrabal, y, en consecuencia, modestamente considero que sus aportaciones a la literatura se hallan muy sobredimensionadas en ciertos sectores mirobrigenses, alguno de nivel institucional –séase los diversos alcaldes habidos durante los años democráticos ¿por qué será?- y algunos rodericenses que han alternado copas y ditirambos con el eximio autor durante los breves minutos que éste les concediera, dejándoles plantados con la palabra en la boca. ¡Ah los genios, qué graciosas piruetas paranoicas… provocan los excesos de alcohol y otros “humos”!
El Villa Ramiro arrabaliano jamás existió salvo en la imaginación calenturienta de su autor: ¿qué visión real puede retener un zagal que lo vivió de seguido durante escasos cinco años? Cuán distinto “n/Delio” que pisó alamedas y murallas en el preardor de su adolescencia, acompañado de nombres femeninos hasta cumplidos los 18 años? En tales términos coincidíamos J. Tomé y este servidor en nuestra correspondencia hace de esto ya muchísimos años.
Los vericuetos del intramundo literario hay que vivirlos para conocerlos siquiera de refilón. Y a veces hasta te pierdes. La triste realidad es que a F. Arrabal lo conocen muy bien los Ministerios de Cultura de Francia y España (por este orden). Aquí lleva una eternidad mendigando el Premio Cervantes y/o al menos el de la Princesa de Asturias. Ofrece a cambio una colección de cuadros de la vanguardia parisién de la “gauche divine” que están más desactualizados que el TBO. Un servidor tiene fundadas sospechas de que también haya ofrecido algunas de tales piezas-chapuza por acá, sea Villa Ramiro o la mismita Castilla-León que ya serás el despiporre.
Si hasta los empresarios han añadido innecesariamente a la Feria del Libro el nombre F. Arrabal. Qué ignorancia señoras y señores, ¡¡cuantísima ignorancia!!
DEJAR QUE HABLEN, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
DEJAR QUE HABLEN, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Me llegan por varios conductos gestos de sorpresa e incluso de desaprobación por la aceptación de Fernando Arrabal del Premio Castilla y León de las Letras 2023.
Este acontecimiento hace saltar mi memoria y los recuerdos. Es en los años 60 cuando por primera vez oí hablar de Fernando Arrabal, a causa de una obra suya que no dejaban representar a un profesor del Instituto en el patio, y que después de muchos tira y afloja finalmente se representó. Dicho así, parece una cuestión menor pero estábamos entonces en aquel Ciudad Rodrigo cerrado, donde ahora un amigo me cuenta que por aquellos tiempos compró un libro suyo y que notó como cierta reticencia en la librera a vendérselo, cosa que finalmente hizo. Eso sí, no había llegado a casa y ya sabía su familia que lo había adquirido. Bueno, en aquel Ciudad Rodrigo, que era como se ve cerrado no era en el que Fernando Arrabal vivió hasta sus diez años, sino en otro mucho más cerrado en el que no se consentían estas desviaciones que se fueron aceptando a partir de los años sesenta en el país.
Después vinieron los primeros años de la democracia en la que algo cambió y en este caso hasta el punto de venir como invitado especial Fernando Arrabal a dar el pregón de Carnaval en 1986.
Fue en aquellos días cuando tuve cerca al que ya entonces era una celebridad de la literatura mundial, o sea a Fernando Arrabal. Fueron varias veces que por distintos motivos estuvimos juntos y hablamos. A mi padre y a mí nos transmitió el deseo de que buscáramos a alguien de aquellas personas que aquí o en las cárceles que estuvo mi padre, así como el suyo, hubieran coincidido y conocido y pudieran contarle algo de él. Mi madre me había dicho que en lo que hoy llamaríamos pandilla con la que jugaban en La Glorieta estaba su tío Arrabal, pero que entonces era pequeña y no tenía nada especial que contar. Dado el encargo hablé con un amigo mío ya mayor que tenía inteligencia y memoria infinita y me pasó una dirección de una mujer viuda que residía en Irún cuyo marido había tenido relación con su padre, y que hoy aún conservo en uno de sus libros en casa. Creo recordar que se la transmití a él, a París, cosa que en realidad no sé muy bien porque no recuerdo haber tenido respuesta.
En aquellos días conocí al Fernando Arrabal intelectual con su discurso en el Teatro sobre Feliciano de Silva, al conversador y algo engreído, pues estando en una cena que nos invitó a varios al Turismo (hoy Parador), yo miraba una guapa mujer que le acompañaba, que él me la presentó como la dueña de más de la mitad de los bosques de Francia; para mí siguió teniendo más importancia su madura y serena belleza que todos sus bosques. También al esperpéntico, pues estando un grupo hablando con él en la Plaza del Castillo junto a la casa de los Vasconcellos, cuando la conversación entraba en un momento interesante, de repente y sin contestar a algo que se le preguntó salió corriendo y desapareció por la puerta del Turismo sin que volviéramos a verlo. Y al irreverente, aquel que el día que fue nombrado Hijo Adoptivo de Ciudad Rodrigo se presentó en el Teatro con una copa de vino en la mano.
Es decir, que tuve en aquellos encuentros la ocasión de conocer al poliédrico Arrabal: el culto, el humano, el esperpéntico y el irreverente, cualidades todas ellas que creo forman su personalidad. Después he leído muchas de sus obras, pero hay una que para mí creo que es la más vital para él, es la que lleva el título Ceremonia por un teniente abandonado, en la que cuenta los sufrimientos por la ausencia de su padre y como esto formó su personalidad. En el libro cuenta también los tremendos desencuentros con su madre, a la cual le reprocha no haber hecho todo lo que debiera por su padre. Comentado este tremendo libro con alguien cercano a su familia me dijo que su madre lo único que trataba era de proteger a su hijo, el que tanto le hacía sufrir precisamente. El libro además es un claro testimonio de todo el dolor que significó para Fernando la pérdida y el no saber nada del destino final de su padre. Toda la novela es un drama que muestra una tragedia tan honda en la que sumerge al autor, y la que creo que es la causante de que él eligiera la profesión de escritor, pues sabido es que para dedicarse a escribir hay que haber sufrido. Y llegado aquí esto me sitúa, no sólo a mí, sino a todos los que se han interrogado estos días ante la pregunta clave que es cómo y por qué el hijo del teniente Arrabal acepta un premio que le viene de la mano de un gobierno en el que su vicepresidencia la ocupa un miembro de Vox, con todo lo que esto significa y que seguro su padre rechazaría.
De momento, desde la perplejidad, no nos queda más que esperar a que hablen en sus discursos de acto de entrega las partes, y ver si desde ellos nos dicen o podemos entender algo del porqué.
25 febrero 2024
LOS NUEVOS PROMETEOS, por José Luis Puerto
LOS NUEVOS PROMETEOS, por José Luis Puerto
La defensa de la democracia, de los derechos humanos, de las libertades (no entendidas al simplista y cínico modo madrileño), de la igualdad y la fraternidad… son otras tantas formulaciones de ese fuego que el héroe Prometeo arrebató a los dioses para ponerlo al alcance de todos; de ahí que Prometeo sea, por ello, un héroe civilizador, pues ensanchó el territorio de lo humano.
Pero sufrió un duro castigo. Los dioses (léase los tiranos, aquellos que quieren someter lo humano a sus intereses y sus conveniencias) lo encadenaron, con invencibles cadenas, a unas rocas y un buitre terminó devorándole las entrañas.
¿Quiénes son los nuevos héroes? ¿Cuál es su tarea? ¿Qué castigos sufren por seguir ensanchando, y defendiendo, el territorio de lo humano, el poner al alcance de todos esos bienes a los que al principio aludíamos?
Surgen estos días encarnaciones humanas de esos héroes prometeicos, a lo ancho y largo del mundo, que, por su tarea civilizadora, han sufrido o bien la muerte o bien duros procesos judiciales para ser extraditados y privados de libertad.
Tales encarnaciones, estos días tan inciertos y con tantos nubarrones (ese tiempo nublado de que hablara Octavio Paz), no son otros que Alexei Navalni, Celestino Alfonso o Julian Assange. Todos ellos están de trágica actualidad y aparecen en los medios de comunicación día y noche.
El abogado y político ruso Alexei Navalni ha muerto, sospechosamente, prisionero en una durísima cárcel del ‘gulag’, en plena madurez, por defender en su país la democracia y los derechos humanos. Estamos ante un trágico héroe prometeico que ha ofrendado su vida en aras de una causa que a todos nos atañe. ¿Cómo no recordar la terrible narración ‘Archipiélago Gulag’ de su compatriota, el narrador ruso Alexandr Solzhenitsyn, que fuera Premio Nobel de literatura, que diera a conocer el sistema de campos de trabajos forzados de la extinguida Unión Soviética?
El carpintero salmantino Celestino Alfonso (nacido en Ituero de Azaba en 1916), emigrante a París, entraría en la Resistencia francesa que luchaba contra el nazismo, dentro del grupo conocido como ‘Affiche rouge’. Sería detenido en octubre de 1943 y fusilado el 21 de febrero de 1944, junto con otros veintidós miembros de su grupo. Estos días de atrás, ha sido el primer español inscrito en el Panteón de París, ámbito que homenajea a los hombres y mujeres ilustres de la historia de Francia, por decisión del presidente y gobierno galo. Nada menos.
Mientras que el programador, periodista y activista australiano Julian Assange, portavoz del sitio web WikiLeaks, sufre estos días, en el Reino Unido un proceso judicial con motivo de una petición de extradición estadounidense, por revelar documentos militares de la guerra de Irak y otros por el estilo. De nuevo, nos encontramos ante un héroe prometeico, castigado, en este caso, por ejercer la libertad de prensa, frente a la opacidades de los poderes.
Estos días, incierto y nublados, nos encontramos, en los medios de comunicación, con nuevas encarnaciones humanas de ese héroe prometeico que, verbalizado por el mito, desde la antigüedad clásica, sigue teniendo no poca vigencia.
Quienes se apropian del fuego de los más altos bienes para ponerlos al alcance de la humanidad siguen sufriendo ese castigo inmerecido de todo tipo de poderes que, de distintos modos, tratan de que no avancemos por esa senda de humanización que nos pertenece a todos.
23 febrero 2024
EL FUEGO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
EL FUEGO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Después de ver arder el edificio de Valencia con la misma rapidez que si se le estuviera tirando gasolina me pregunto: “¿por qué esto era así?”, “porque no hacía falta tirársela, sino que la tenía en sus mismas entrañas, dado que había sido construido con materiales inflamables”. No es la primera vez que esto sucede, pues según me recuerda mi amigo Mateo hoy, en la Torre Grenfell de Londres murieron más de 70 personas por el incendio de su fachada en el 2017. Estamos pues, ante un problema de incumplimiento, quizá por avaricia por parte de los constructores, y de de inhibición o connivencia por parte de las administraciones que vigilan.
Una vez más está presente la tragedia por las cosas mal hechas por unos, y peor consentidas por otros. Me parece que el sitio de todos ellos es el que la Divina Comedia les da en su séptimo canto a los avaros. Pero de momento después del fuego de ayer en Valencia, podemos decir que en el fuego fuego sólo están los muertos del edificio, que posiblemente fueran los que menos purificación necesitaran.
21 febrero 2024
DALE QUE TE PEGO, por José A. Blanco
19 febrero 2024
ATROZ, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
ATROZ, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Suenan las voces en todos los altavoces de todas las emisoras, con la noticia de la muerte de Alexéi Navalni. Sin duda para el presidente americano y para casi todos, el autor intelectual es Putin. Luego nos enteramos de que el que quizá pudiera ser el nuevo presidente, o al menos así lo desea la mayoría según las encuestas en Estados Unidos, ha sido multado con 355 millones de dólares, por hacer fraudes en los valores de sus empresas por inflarlos para financiarse.
De Gaza nos llegan cada vez peores noticias, ya es un lugar invivible para los palestinos, que o se marchan en éxodo, ¿cómo y a dónde? o mueren. Netanyahu bien gracias a Dios y los Estados Unidos que lo protegen, no así los niños palestinos que mueren uno cada quince minutos.
En casa, hemos vivido la muerte de dos guardias civiles a manos de los narcos en vivo y en directo a través de las pantallas, mientras sonaba un infame coro de fondo jaleándoles, y viendo la diferencia de medios en perjuicio de los guardias que son los representantes del Estado y la ley, o sea, que ellos somos todos, y cómo estamos en clara desventaja con esa mafia de la droga que atemoriza y ya atenaza el país. Nadal ficha por el régimen saudí. Nosotros como necesitamos su petróleo no nos llevamos mal con él ni me da que con Nadal por representar a ese estado opresor sobre todo de las mujeres.
Y lo peor de todo es que no es posible que paren este mundo atroz para que yo me baje de él.
18 febrero 2024
LA PROVINCIA DEL ALMA - CÓMO RETROCEDEMOS, por José Luis Puerto
LA PROVINCIA DEL ALMA
CÓMO RETROCEDEMOS, por José Luis Puerto
Si miramos en nuestro mundo en torno, casi todo lo que percibimos y que, a diario, nos muestran los medios de comunicación, son signos de retroceso. Como si la democracia, la civilización, el humanismo… y todo lo que de bueno hemos ido realizando a lo largo de la historia, no se consolidara, sino que, en un momento como el presente, estuviera a punto de tambalearse y no pocas conquistas incluso de zozobrar.
Se está produciendo una bárbara y bestial masacre israelí contra el pueblo palestino, que no tiene justificación alguna; es un genocidio en toda regla. Y el mundo parece estar mirando para otra parte; salvo esa minoría consciente que escribe y se manifiesta contra tal monstruosidad.
“¿Dónde quieren evacuarlos –indica un dirigente europeo– a la luna?” Porque están convirtiendo la franja de Gaza en ruinas, en miedo, en mucho sufrimiento y en muerte. Y el mundo occidental, y acaso también la mayoría de los demás mundos, están mirando para otro lado. Como si no fuera con nosotros.
¿Y qué decir de las tractoradas campesinas? ¿Representan a todo el campesinado? ¿Todos los campesinos tienen tractores, maquinarias potentes y naves del estilo? ¿Todos los sectores laborales y humildes europeos tienen su ‘pac’ correspondiente? ¿Tienen el gasóleo subvencionado? ¿Todos los sectores laborales y humildes europeos están subvencionados? ¿No estarán siendo utilizados como ariete para intereses que no son los suyos?
Amamos el mundo campesino. Llevamos tiempo analizando y estudiando las culturas campesinas de todo tipo. El escritor británico John Berger remata su novela Puerca tierra con un lucidísimo, certero y hermoso texto sobre los campesinos. Léanlo quienes los manipulan. Y quienes aparentemente los defienden cuando votan en Europa las políticas neoliberales que condenan, en parte, al campesinado.
Porque no se puede contraponer, por ejemplo, a los campesinos con la cultura, con el mundo del cine o, también, con las medidas que tratan de irse generalizando a favor de una agricultura sostenible, o con la agenda veinte treinta.
Perjudica mucho a los campesinos que se les hagan abanderar causas retrógradas, de retroceso, de insolidaridad, de crearse enemigos falsos (por ejemplo, los productos agrícolas de países extra-comunitarios), porque tales causas, a la corta y a la larga, van contra ellos.
Como va contra todos el que los cultivos agrícolas hayan de tener pesticidas y todo tipo de productos fitosanitarios. Así, por ejemplo, se envenenan las aguas y se envenena la tierra. Y ocurre, como en alguna localidad levantina, que, al estar el agua contaminada, por tales motivos, no la pueden beber ni utilizar para los usos culinarios.
Y también –como se ha indicado desde algunos medios– son problemas del mundo campesino algunos que no aparecen estos días, como, por ejemplo, la temporalidad en los empleos, las excesivas jornadas laborales, la siniestralidad laboral en las tareas agrícolas y ganaderas… y algunos más.
Es necesario que, de entre los campesinos, surjan también voces sensatas y racionales, que planteen las cuestiones que les afectan y exijan las soluciones que sean adecuadas; más allá de banderas con toros pintados, de pitidos de cláxones y de entorpecer con los tractores las vidas de los demás, que van con su vehículo a sus respectivos trabajos, sin subvención alguna.
14 febrero 2024
HAYLAS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
HAYLAS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Todo estaba preparado o casi para los carnavales, y para defenderse de la invasión que viene sucediendo algunos años. Más urinarios, un descampado con pretensiones para acoger una parte y así. Pero mira por dónde en un abrir y cerrar de ojos todo se hizo innecesario, pues la aparición del agua y del frío se bastaron por sí solos para que los temores a ser más de los que cabemos se diluyera, y quedamos casi solo los de casa y algunos más.
¿Ha sido así mejor o ha sido todo peor, o más cómodos o más tristes? Sobre ello hay opiniones distintas, pues sabido es que nunca llueve a gusto de todos. Lo cierto es que finalmente se han podido celebrar sin grandes remojones, eso sí, el tiempo invernizo del fin de semana hizo su trabajo y dejó entre otros a más de 100 autocares de los más de 150 anunciados, y me temo que con la ayuda de los tractores, sin acercarse. Hoy, cuando escribo esto es ya lunes, ha escampado, pero ya es tarde para los forasteros, son desde siempre los conocidos días locales, que no son ni mejores ni peores sino menos masivos, pues en ellos para las aglomeraciones es tarde.
Bueno, se cumplió la profecía de Ayuso, los toros traen siempre bienes, en este caso agua, y si no mírenlo, como ella misma ha relacionado que allí donde existen no hay sequía, y esto, visto lo visto, pues aquí no ha llovido en todo el año hasta que han aparecido hay que reconocerle que no le ha faltado razón. Aunque llover llover, sólo más bien ha sido lo justo para recoger al personal, pero para acaparar agua me da que no.
Y es que aunque dicen que las brujas no existen, a las pruebas me remito en este caso para asegurar que haberlas haylas. Otra cosa es que lo que nos traigan sean bienes.
ESPERANZA, por José A. Blanco
11 febrero 2024
HUELLAS DE LA MEMORIA (ABUELO PABLO), por José Luis Puerto
HUELLAS DE LA MEMORIA (ABUELO PABLO), por José Luis Puerto
Estos días, al hilo de unos avatares de investigación en torno a un episodio de nuestra llamada ‘edad de plata’, me aparecía una referencia, muy significativa y muy suya, de Miguel de Unamuno: “todos los hombres, por humildes e ignorados que sean, tienen su historia, que es, no solamente la de la propia vida, sino también la de los ascendientes, cuyas almas parecen gravitar sobre nosotros, imponiéndonos por la herencia, unas veces un peso más en la carga de nuestro camino, y otras, las menos, un aligeramiento de la misma”.
Somos portadores de la historia, sí, de nuestros ascendientes. Y tales palabras me llegaban especialmente, porque, uno de estos días de los inicios de febrero, se cumple el medio siglo (¡ya cincuenta años!) del fallecimiento de mi abuelo materno, de mi abuelo Pablo (Pablo Hernández Martín), uno de los seres decisivos de mi vida, al que no he olvidado ni un solo día desde su fallecimiento y que de continuo aparece en mis intervenciones públicas, así como también en no pocos de mis escritos.
En ocasiones –como aquí hago–, hemos de descender hacia los territorios de lo particular y de lo íntimo, de lo biográfico personal, para recoger unas brasas que sigan sosteniendo esa llama necesaria, esa luz necesaria, para seguir existiendo en los territorios de la claridad y de un humanismo que nos da sentido.
Mi abuelo Pablo era –lo sé hoy, y ya desde hace tiempo– un vitalista, un ser entregado a la aventura del existir, sin reserva alguna. Fue un avanzado. Tuvo no sé si la primera, pero una de las primeras camionetas del pueblo. Se dedicó algún año a la explotación de la corcha en Batuecas. Tuvo una prensa de cera. Se dedicó a la venta de embutidos. Tampoco le fue ajena la chalanería…, además de las habituales tareas agrícolas y ganaderas.
Tenía amigos. Conocí a algunos de ellos. Hombres de distintas localidades de la Sierra de Francia y de fuera de ella. Y, por él, sé del alto valor y de la alta significación de la amistad en la existencia de cualquier ser humano. Cuando yo conocía a algunos de los amigos de mi abuelo Pablo, traducía, casi niño aún, el tratado De amicitia del latino Cicerón, que aún no comprendía del todo en su cabal importancia.
Era conocedor de la cultura de su propio entorno rural. Practicaba una religión sobria, muy alejada de cualquier beatería. Y, con él, rezaba noche a noche “las oraciones”, que no eran las habituales, sino unas maravillosas historias sagradas, recogidas en los romances.
Era asmático. Por él, conocí también cómo el hilo de la respiración, así como el de los latidos, es el que nos mantiene vinculados a la vida.
Lo acompañé en algunos de sus caminos, que, si en un principio eran físicos, luego se me terminaron convirtiendo en metafísicos y simbólicos. Él me llevaba, desde el primer momento, y a lo largo de los cursos iniciales, a Linares de Riofrío, “a estudiar”. Su compañía, su protección, en aquellos viajes sin retorno –pues me llevarían a la aventura de la vida, que nos toca abordar siempre a cada uno desde nuestra particular intemperie–, me daban siempre ánimo, dentro de aquellas incertidumbres.
La figura de mi abuelo Pablo ha dejado una gran huella en mi memoria y en mi vida. Me sigue ahí acompañando en ese dilatado y, al tiempo, fugaz viaje, que es la vida.
Estos días, por ello, lo sigo recordando.
07 febrero 2024
JUNGLA DE CRISTAL, por José A. Blanco
06 febrero 2024
AMÉN DE AMANECER, por Mara Guadalix
AMÉN DE AMANECER, por Mara Guadalix
Amén de amanecer
En este oficio de vivir la vida,
hay que buscar como hacer de él una aventura,
un baile de disfraces,
un regalo por abrir.
En este oficio se debe evitar la rutina,
ser gatos que se ponen al sol,
se echan sobre las camas,
se estiran, saltan,
o hasta te muestran la panza,
huyen por la ventana,
y regresan cuando les viene en ganas,
la libertad no ha de perderse,
nunca ser canario enjaulado,
que espera día tras día su comida,
su agua,
ese rato de canto cuando es la hora.
No quiero ser hecha a medida de los otros, mis ideas son mías,
también mis proporciones,
yo marco mis ritmos y mis modas,
Según mis emociones.
Me gusta mi caos sin que me alteren,
mi paseo nocturno,
mis deberes,
pero sin imposiciones,
sin horarios,
regar mis plantas y cuidar las rosas.
Me preocupa la gente que no tiene valor para abrir la puerta,
salir,
pisar las calles,
sonreír,
echar mano a la joven mamá que no se desenvuelve con sus crías,
a cruzar la calle al viejo despistado,
a sentarse en el parque ,
pensar en un mundo de guerras,
de enfermedades,
de hambre y miseria,
de poca humanidad y depresiones,
frente a la otra parte,
donde no hay dolor sino risas.
Así es la vida, plural, alegre, triste o divertida.
Así es el corazón, caliente, rojo, diferente.
05 febrero 2024
HUELE A PREPOTENCIA, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
HUELE A PREPOTENCIA, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Andamos estos días afanados en tratar de tener organizados los del Carnaval: ¿hiciste ya la compra, te has acordado de encargar los hornazos, compraste chocolate, porque vienen los nietos, y mira a ver si dejas lo de las entradas resuelto? ¿A qué hora dices que es el pregón? ¿Vas a ir a lo de las casetas? Y así poco más o menos un poco todos. Son días propios ya de entrar en el descanso de los avatares diarios del resto del año, cosa que por sí es lo que justifica el Carnaval. Pero mira por donde, el jueves, hay pleno y en él entra el “asuntillo” del cambio de nombre de la calle Comandante Che Guevara por el de Carnaval del Toro, contra la opinión de muchos de sus vecinos, y no por la cuestión política que pudiera tener el asunto, sino por todas las molestias que van a sufrir con el cambio, y así se lo han manifestado por escrito más de cincuenta personas, también algo moscas con las molestias que reciben estos días pues la calle queda aislada en caso de urgencia sanitaria o de otro tipo, y además se quejan de que se les meten en los portales y acceso a cocheras para hacer sus necesidades; vamos, como para que encima le pongan el nombrecito a la calle del Carnaval del Toro.
Pues nada, el señor alcalde erre que erre, lo lleva al Pleno con olor de no dar su brazo a torcer, ni ante los vecinos ni ante las otras razones que varios articulistas desde este blog han expuesto, digo esto por lo que ya han contestado al PSOE. En fin, esperemos hasta última hora para ver si le da por reflexionar que las decisiones tomadas en conversaciones de merendolas deben de dejarse cocer y meditar antes de meterlas en el ayuntamiento, y menos tratando de hacerlo en el día menos indicado, en el día del jueves de Casetas, o sea, como dicen los afectados: por la puerta de atrás.
Siento decir que todo lo que se está haciendo con este asunto viene siendo un desacierto que huele a cabezonería a la vez, y lo que es que es peor, a prepotencia, lo que por tanto me lleva a pensar que el problema está siendo mal, muy mal llevado y así se lo he oído decir a los vecinos y a más gente lo mismo.
04 febrero 2024
RASGARSE LAS VESTIDURAS, por José Luis Puerto
RASGARSE LAS VESTIDURAS, por José Luis Puerto
Aquí, nos rasgamos las vestiduras por nada. Los hedonistas de la libertad y de las terrazas y cañas, cuando no de los pelotazos, utilizan luego no sé qué ortodoxias de tipo religioso, que le sirven meramente como escudos para mantener sus estatus de privilegio, y se escandalizan cuando alguien realiza un cartel de Semana Santa, en el que se representa al Cristo crucificado, de modo realista y semidesnudo (solo cubiertas, como es clásico, las partes pudendas con telas de respeto), como se viene haciendo, ya desde el Renacimiento, al menos, con la sagrada figura de Cristo.
Este hipócrita escándalo desatado por el cartel de la Semana Santa de Sevilla, obra del artista Salustiano García, que, para la plasmación de la figura de un Cristo radiante, ha tomado como modelo la figura de su hijo, nos hace volver de nuevo a lo mismo.
Como si de una sociedad de estrecha moral victoriana se tratara, enseguida los supuestamente escandalizados se han puesto a dar voces digitales, a recoger firmas contra el cartel, y determinadas asociaciones que se parapetan en adjetivos como católicas o cristianas amenazan con poner recursos…, y demás parafernalias de quienes querrían recluirnos a todos en una sociedad cerrada.
Pero no tenemos más que visitar iglesias y museos, para darnos cuenta cómo, desde la modernidad y en toda Europa, la figura de Cristo ha sido mostrada con el cuerpo semidesnudo (con la excepción, repetimos, de las partes pudendas, cubiertas con telas de respeto, como también hace el cartel), en sus distintos trances, ya sean dolorosos o gloriosos.
Porque, si recurrimos a los trances dolorosos, las figuras de Cristo yacente se nos han mostrado así; también las de Cristo crucificado. Y, si nos desplazamos a los momentos gozosos, en nuestro país, la figura de Cristo resucitado, conocida popularmente como ‘Aleluya’ también obedecen a la misma representación.
Y esto ¿por qué? Porque la figura de Cristo, en la medida en que se hace hombre, dignifica el cuerpo, lo sacraliza. De ahí que el escándalo esté de más. Y, en Europa, desde el movimiento humanista con que se inicia la edad moderna, el cuerpo se dignifica y se convierte en cifra de armonía (recordemos el hermoso dibujo de el hombre de Vitrubio, de Leonardo da Vinci), y la representación artística del cuerpo, también desnudo o semidesnudo, se realiza y difunde como mensaje de sacralidad y de dignidad del ser humano.
¿A qué vienen, entonces, tales escándalos, si el artista andaluz del cartel de la Semana Santa sevillana no se sale de tales cánones?
Más vale que nos rasgáramos las vestidura –y eso no lo hacemos– por los problemas más graves y acuciantes que tiene nuestra sociedad. Otro gallo nos cantaría.
TENTACIÓN IRRESISTIBLE, por José A. Blanco
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TORTAS, TORTITAS , por José A. Blanco Ay, malandrín. Te ciega la torpeza. No sabes que en política, como en la vida, sobra la mediocrida...
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