Ateneo Virtual Mirobrigense es un blog de opinión ubicado en Ciudad Rodrigo, en el que se expresan las inquietudes, ideas y pensamientos de los articulistas

29 mayo 2022

LOS LIBROS DE LA VIDA, por José Luis Puerto

Una de las funciones de la escritura, a lo largo de los siglos, es la de documentar el mundo; los renacentistas dirían el pequeño mundo del hombre; nosotros, más bien, el pequeño mundo del ser humano.

Es lo que hacen –documentar ese pequeño mundo de Jesús y de su bar salmantino de La Gran Tasca, no muy lejos de la hermosa plaza mayor– Pablo Diego Pinto, Manuel Martín Mohedano y Nico Palastrami, en Arte y bobaína. El libro de la Gran Tasca (2021).

El pequeño mundo de un serrano y albercano, Jesús Puerto, y de sus andanzas vitales y de sus querencias, anhelos y modo de estar en la realidad, en el mundo, que acaso quieran definir los autores ya en el título: “arte y bobaína”, término este último muy del ámbito dialectal leonés, con ese característico diminutivo, tal y como en La Alberca se dice.

En este libro todo gira en torno a un ser, Jesús, a su itinerario vital, desde la niñez, época de estudios, servicio militar, y a ese espacio castizo salmantino de la Gran Tasca, que cogiera en un traspaso y del que ha hecho su medio de vida y, al tiempo, su ámbito de relaciones humanas, con mil y una anécdotas, que el libro recoge, y toda una galería de tipos humanos y de episodios que otorgan a la obra su atractivo.

Es al tiempo un libro marcado por la verosimilitud –a ello contribuye el establecimiento, la ciudad, las gentes, las fotografías que lo ilustran– y por una suerte de imaginación, de tradición diríamos que quevediana, que llega hasta un escritor salmantino, como fuera Diego de Torres Villarroel, que ejerció los mil y un oficios, y que, en la Salamanca dieciochesca fuera todo un personaje; un personaje que nos plasma su dimensión humana y literaria en esa obra emblemática titulada precisamente Vida y que publicara sus conocidos “almanaques” sobre mil y un asuntos.

Estos días pasados, en la feria del libro de Salamanca, celebrada aún, por fortuna, y ojalá que siempre, como viene siendo tradición –pese al reciente empuje de intereses de terrazas y otros negocios–, en la Plaza Mayor, Jesús, acompañado por los autores de la obra, han firmado ejemplares de ella.

El mundo de la dehesa, de los toros, esa querencia terruñera salmantina entre dehesas de encinas y montículos con unos pastos deliciosos, todo ese mundo, está ahí, es una de las querencias de Jesús, un serrano indomable, peculiar, fiel a su modo a su raíz, generoso y abierto.

Acaso, no estuviera de más aportar esas palabras que los autores indican en la cubierta, para ilustrar lo que es esa “Vita d´un uomo” (vida de un hombre), título con el que el gran poeta italiano Giuseppe Ungaretti reuniera su obra. Resumen ellos de este modo su empeño:

“La obra, a medio camino entre el estudio etnográfico y el género novelesco, es además un almanaque de acontecimientos, vivencias y anécdotas ocurridas en la Gran Tasca. Todas ellas narradas con un toque de humor y desde la mayor absoluta admiración y respeto hacia el protagonista, que ya forma parte de la vida de varias generaciones de salmantinos.”

Ese protagonista es el albercano Jesús Puerto Hernández. Genio y figura. Quién se lo iba a él a decir.

28 mayo 2022

LA VOZ DE LAS PISTOLAS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

LA VOZ DE LAS PISTOLAS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

Nada nuevo, una vez más nos desayunamos con una matanza de niños en el colegio. Se nos cuenta que se trata de un desequilibrado por haber sufrido acoso, y no sé que cosas más fallaron de nuevo hasta que cayeron más de veinte. Sabemos que van más masacres que días han pasado del año, e intuimos que dado el entorno que las provoca no estará tardía la próxima y así una y otra vez.

Las preguntas que deben seguir son ¿por qué? y ¿hasta cuándo? El por qué está claro, suceden en el país que está más armado, pues Estados Unidos tiene 120 armas por cada cien personas. Me sospecho que los rifles y las pistolas andan por las casas como aquí los móviles en desuso por los cajones, lo cual a poco sentido común que se tenga te lleva a adivinar que se trata de una mecha prendida a la espera de un soplo para llegar a su destino, que es el matar.

Y llegado a este punto, cabe de nuevo preguntarnos el por qué del por qué, y a poco que escarbemos vemos que la industria armamentística tiene todo el interés en sostener la peligrosa situación caiga quien caiga.

Y después de esto, pues lógicamente nos aparece la pregunta de hasta cuándo y usando la razón, durará hasta que la responsabilidad civil de la población y sus representantes la consientan, aunque visto las defensas de parte de los unos, y la inhibición de los otros, la cosa va para largo, se sumen las víctimas que se sumen.

¿Puede una sociedad así llamarse civilizada, y dada la situación de preeminencia que tiene esta en el mundo, no estaremos corriendo no ya el no paralizar su armamentismo, si no el peligro de extensión a todos los demás?

Y otra vez preguntarnos de nuevo, por qué consentimos y hasta cuándo se salvará como tal una civilización basada en la voz de las pistolas.

HA MUERTO NUESTRO POETA JESÚS TOMÉ, por Miguel Cid Cebrián

HA MUERTO NUESTRO POETA JESÚS TOMÉ, por Miguel Cid Cebrián

Aunque sea a título póstumo, debería nombrarse Hijo Predilecto de Ciudad Rodrigo al Padre Jesús Tomé

También nos llega la triste noticia de la muerte en Puerto Rico donde residía del Padre Jesús Tomé, mirobrigense nacido en 1927 y laureado poeta ganador de importantes premios como el de Lírica Hispana, 1958 y el de Ciudad de Barcelona 1960, entre otros.

Jesús Tomé fue siempre amante de nuestra tierra y siendo yo Alcalde, pregonó nuestro Carnaval e hizo algo de gran mérito y valor como fue donar su rica biblioteca a nuestra ciudad que se instaló en la fábrica de La Concha que habíamos comprado.

Pero, sin duda, ha sido su impresionante obra poética lo que le ha consagrado como uno de nuestros grandes poetas. De nuestra ciudad dijo

Yo he nacido en un pueblo amurallado
Con heridas de guerras ya oxidadas.
Ahora las almenas, barbacanas,
Matacanes, garitas y aspilleras
son un mudo artificio que vigila
la guerra cenit al de los vencejos.


Versos recordados en las IV Jornadas de Patrimonio de Ciudad Rodrigo.

Sus numerosas obras, todas agotadas solo se encuentran en libreros de viejo. No obstante conservo "Poesía entre amigos", publicado junto con Emiliano Alvarado, y Rufino Velasco en 1986. En él se justifica por Marciano Santamaría que "coincidieron en tierras segovianas. Y en ellas al rescoldo de las conversaciones, buscando el sentido de la vida y de las cosas, durante largos atardeceres de los otoños de oro por el rumor de cuna del Eresma, maduró en versos que son como latidos de sementera de poesía de treses los lejanos días de la infancia".

Tomé en este libro ya anticipa lo que ahora es noticia:

Llegaré Despacio, hasta la muerte
Para apurar la vida. Que no quédese
No una sola amargura sin probarse,
no una sola ilusión que no se quiebre.

Así desnudo y libre de deseos
apagadas las lámparas terrestres,
Entraré en la tiniebla luminosa
en que el misterio vivo se revele.

Hoy me vuelvo a mi sitio. A la esperanza
que ya no mira atrás, que sigue y vuelve
a enveredar mis pasos, mientras vivo
tendiéndole las manos a la muerte.


Pero recordando textos del gran poeta muerto, me encuentro con el magnífico artículo escrito en el Libro del Carnaval de 2001 por Antonio Sánchez Zamarreño. Una delicia leerlo por su elegancia y pasión con que trata a Jesús Tomé, elogiando a quienes contribuyeron.

El referido artículo de Sánchez Zamarreño, junto con el del prologuista Joaquín Galán a su Antología Poética y los de nuestro Manuel Belda, constituyen valiosos estudios para conocer la obra de nuestro poeta.

Y para finalizar un ruego, aunque sea a título póstumo, ya no puede ser de otra forma, debería nombrarse Hijo Predilecto de Ciudad Rodrigo al Padre Jesús Tomé lo que honraría su memoria y la de nuestra ciudad. D.E.P.

24 mayo 2022

RECADO A JESÚS TOMÉ, por Marioantonio Rosa


 

 

 

 

 

 

 

 



RECADO A JESÚS TOMÉ, por Marioantonio Rosa

Alguien me dijo
de ese aguacero
             personal de las golondrinas
cuando es precisa la sombra del viaje
cuando ha sucedido la vida, y tú en ella
alzando los brazos en una señal de amor.

Alguien sabe
dónde tu esencia se extiende en un árbol
el cielo, como un pecho tendido
y las palabras en un fresco continente;
somos en tu mano una tierra nueva
abriendo muros y ventanas, creando sílabas
para que no vuelva a perderse el espíritu.

Hermano de todos,
ahora no sabremos cómo abrir el viento,
ahora será de soledad tu casa de luz,

porque no basta el recuerdo.

Publicado por cortesía de Marioantonio Rosa.© 2022

22 mayo 2022

LA DIGNIDAD DE LOS ANCIANOS, por José Luis Puerto

LA DIGNIDAD DE LOS ANCIANOS, por José Luis Puerto

Acabo de ver unas imágenes lacerantes, sobre abandono, dejadez y, en el fondo, maltrato de una residencia de ancianos…, ofrecidas por una cadena de televisión, y enseguida me han llevado tales instantáneas a esa asignatura pendiente que me atrevería a llamar la dignidad de los ancianos.

Todavía aún dentro del confinamiento, debido al covid-19, se puso sobre el tapete público la realidad insostenible del modelo de residencias de ancianos entendidas como negocios (algunos solo entienden la vida, el existir de todos como negocio y no como tarea conducente al bien común) y se llegó a decir que había que repensar ese modelo y había que variarlo. Pero, después, todo lo ha cubierto un manto de silencio, porque el mercado es sagrado, es el nuevo dios, se lleve lo que se lleve por delante.

Pero a diario nos topamos con imágenes consoladoras que apuntan al bien común, al apoyo, a la ayuda, a hacer que continúe encendida la llama de la vida de todos, cuando vemos, por ejemplo, en los primeros momentos de cada mañana a los abuelos y abuelas con sus nietos y nietas caminos de las escuelas y colegios; o cuando están con ellos en los parques.

O –y esto ya no es visible físicamente, pero sí socialmente– cuando con sus pensiones, en la medida en que pueden, ayudan económicamente a sus hijos y nietos, privándose ellos mismos de determinados bienestares, para contribuir y hacer más soportable la vida de los suyos, en una sociedad que precariza a las personas normales y corrientes con salarios muy bajos, cuando los hay, y alquileres por las nubes.

Porque el empuje ciego de la sociedad tecnológica ha ido marginando a los ancianos con esa realidad que tiende a llamarse brecha digital. De ahí que haya surgido esa campaña, ideada y lanzada por un anciano médico valenciano, de “soy mayor, no idiota”, frente a los abusos de los bancos, cuando, curiosamente, y es una estadística que han difundido los medios de comunicación, un tanto por ciento muy elevado de los ahorros que atesoran los bancos procede del sector jubilado de la población.

Cuando vemos, en nuestros pueblos y ciudades, corros y grupos de ancianos, juntos, charlando, compartiendo sus experiencias vitales, advertimos siempre que hay en ellos una sabiduría vital que una sociedad como la nuestra no aprovecha y menosprecia.

Y es que, pese al vértigo, la prisa, el individualismo, el interés particular, la lucha despiadada por la vida, que presiden la dinámica de una sociedad como la nuestra, opciones como el diálogo, la comunicación entre generaciones, el apoyo mutuo, el compartir experiencias, el escuchar las perspectivas de todos…, nos aportan una mayor humanidad a todos, así como una perspectiva más civilizadora.

De ahí esa necesidad de no perder la perspectiva de una deuda que tiene nuestra sociedad sin cumplir en buena parte: emprender acciones sociales y comunitarias en pro de la dignidad de los ancianos, en pro de la dignidad de los más vulnerables (porque hay no pocos sectores de nuestra sociedad que se encuentran en esa fragilidad social).

Porque, frente a la perspectiva del negocio, del mercado, del interés particular, siempre hemos de oponer esa otra, más hermosa y humanizada, del bien común.







EN RECUERDO A JESÚS TOMÉ, por Manuel Belda Rivero

EN RECUERDO A JESÚS TOMÉ
, por Manuel Belda Rivero

“Todo lo llevo en mí. Cuando me toque
pedir la paz -si hay paz para mi sangre-
quisiera descansar entre los nidos
de mariposas bajo el sol y el aire”

Jesús Tomé

Los vientos transoceánicos nos han dejado estos días una triste noticia: Jesús Tomé ha muerto el pasado 18 de mayo en Puerto Rico.
Y quién era, preguntarán algunos, quién era y por qué lo traemos a estas
páginas.
En pocas palabras y, entre otras cosas, por mirobrigense y por poeta.

Sirva, pues, como breve semblanza, que Jesús Tomé Ramos nace en la calle Fuentenava de Ciudad Rodrigo, el 1 de febrero de 1927.
Sus primeros pasos, y por motivos laborales de la familia, los da en Salamanca y Zamora hasta que, en 1934, tras morir su padre, vuelve a Ciudad Rodrigo a vivir bajo la tutela de sus abuelos maternos: Melitón y Micaela.

 En el prólogo de la edición de su Antología Poética (Salamanca, 1981), Joaquín Galán nos dice:
“Crece entre familias de oficios antiguos, cisqueros y arrieros transportistas (sus tíos) curtidos y escobera, respectivamente, sus abuelos. El mismo Jesús Tomé vende escobas en los mercados de la Calle El Rollo (hoy Lorenza Iglesias) y en la plazuela de Béjar (o del Buen Alcalde). Acude a la Escuela Nacional (en el citado arrabal de San Francisco). Allí, con el estímulo de don José Sánchez Hidalgo y de don Martín Romo Sesmilo, escribiría, sin duda, sus primeros versos y narraciones...”

Recojo la cita con todos esos entrañables nombres propios y detalles, de los que siempre se sentiría muy orgulloso, y que marcarían e influirían en esos primeros años de la infancia de un niño que, como tantos otros de Ciudad Rodrigo, jugó a la guerra entre fosos y murallas...

En 1940 ingresa en la Congregación Claretiana, en Segovia, siendo en esa ciudad donde publica sus primeros versos.
En 1953 es ordenado sacerdote y cursa Filosofía y Teología, completando sus estudios de Humanidades en la Universidad Pontificia de Salamanca.

Profesor de literatura en distintos centros, en 1963 se traslada a Puerto Rico, donde, al parecer, iba a permanecer cuatro meses y que a la postre se convirtieron en casi sesenta años. Será allí donde desarrollará una labor y dedicación intensas y fecundas en distintas facetas como profesor universitario, como editor (crea una editorial propia), articulista, ensayista...toda una vida, en definitiva, de estudio y profesionalidad intelectual, humana y social.

Entre sus libros publicados podemos citar algunos de títulos tan sugerentes como Mientras amanece Dios (1955), Hijos de esta tierra (1958), Senda del hombre (1959), Traigo esta tristeza (1960), Poemas para un exilio (1976), La ciudad (1978) Veinte poemas desesperados y una canción de amor (1981 este último inédito y que se recoge en la Antología Poética (1981).

Ya en esos títulos encontramos algunas de las palabras claves que marcan su poética: tristeza, exilio, existencia, Dios. esperanza...En definitiva, la búsqueda de sí mismo para encontrar las respuestas a las preguntas esenciales de la existencia...Todo ello envuelto en sus hermosos endecasílabos, metro que utiliza con preferencia y que nadie domina como él.

Toda la poesía de Jesús Tomé marcha por caminos de espiritualidad y espacios vitales entre la angustia y el desasosiego existencial, entre la esperanza y el amor. Caminos, a veces, muy próximos a San Juan de la Cruz o Santa Teresa...

Hambriento y loco voy. Deshombrecido.
Sintiéndome retrasarse la flecha
que marca mi esperanza insatisfecha
de no estar siendo sin haber sido

En el prólogo de su libro, tal vez el más decisivo de su trayectoria poética, Traigo esta tristeza, Premio Ciudad de Barcelona 1958, el autor nos dice:
“He querido llegar a una poesía de suma transparencia... que se vea el poema por dentro... una poesía de absoluta necesidad libre de adherencias que distraigan la visión...”

El amor a la naturaleza, la fusión del paisaje en sus sentimientos, la evocación de la infancia como un tiempo feliz...

Mira, nace la aurora clara y fría.
volvamos al silencio y la fragancia
de los pinos; volvamos a la infancia
de la luz a esperar a la alegría.

En Puerto Rico se gana la consideración de su labor profesional, poética y humana. Pero a la par surgen el olvido y el silencio que inexorablemente produce la distancia.

No obstante, es en el verano de 1960, cuando con motivo del I Congreso de Mirobrigenses Ausentes, aparecen en las páginas de La Voz de Miróbriga, unos poemas con el título El corazón donde estaba. Son un canto de nostalgia a la infancia que se perdió por esas calles, cuando escuchó la música fresca de aquellos caños y de las fuentes de aquellas plazas...

Mi infancia es el recuerdo de algún niño
que a golpes de esperanza se despierta
entre asombradas sombras de murallas
y desvelados fosos sin defensa.

La añoranza por volver a su tierra siempre presente...

Por eso he de volver. Por eso vuelvo,
a vuelos casi rotos, a mi tierra
donde todo es posible todavía
donde aún la esperanza nos espera.

Y con más ahínco todavía se reafirma en su regreso. Un regreso que va más allá de lo puramente físico o geográfico y que trasciende todos los exilios...

Retornaré a las plazas en que crecen
siglo a siglo, silencios olvidados,
para que encuentre el corazón su sitio.

Y, sin querer, yo también me he perdido una vez más entre sus versos. Y he vuelto a releer la ponencia que, con motivo de las IV Jornadas de Patrimonio CFIE de Ciudad Rodrigo, en 2008, y que no me he podido resistir a traeros algunas de aquellas consideraciones, algunos de sus versos.

Sin querer me he perdido, y me he olvidado decir que conocí Jesús Tomé en uno de esos regresos a Ciudad Rodrigo, en 1982. Ahí pude disfrutar de su agradable y erudita conversación. De su afabilidad, de su entrañable amistad que siempre llevaré conmigo. Un gran corazón para un gran poeta.
Y sin querer, repito, me he olvidado de que fue Pregonero Mayor de nuestro carnaval en 1989, y de que donó su gran e importante biblioteca a Ciudad Rodrigo. Unos libros que, tras una odisea oceánica, llegaron a la Casa de la
Cultura en cajas.. .donde, creo, siguen... En esas cajas...

Pero eso ya es otra historia. Como historia fue aquel otro Congreso de Mirobrigenses Ausentes, el segundo, en 1982, para el que Jesús Tomé escribiría un poema que, cómo no, titula El regreso. De él os dejo los versos finales, para no alargar más estas líneas. Unas líneas que solo han pretendido rescatar un poco al poeta nacido en Ciudad Rodrigo, al Padre Tomé, como fuera conocido. Darlo a conocer. Regresarlo, si me permitís la expresión, de la mejor forma que saben los poetas. Con sus versos.

...Y existe una ciudad que han levantado,
sobre las viejas piedras circulares,
los sueños fatigados, los deseos
que sienten el dolor de haber crecido
hasta olvidar la luz que perseguían;
ella sabe mi nombre; y porque escucho
la voz con que me llama, convocándome,
digo “regreso” igual que si ahora mismo
estuviera inventando la palabra,
creándola de nuevo, letra a letra,
con el polvo de todos los caminos,
y la oigo sonar con el murmullo
desandado y ansioso que desdice
todas las despedidas...

Y termina el poema...

Pero quiero volver como el rocío,
sin que trompas triunfales alboroten
la paz azul en que se inscribe y fija,
con la vertiginosa letra de un vencejo,
nuestro oscuro destino. Solo sueño
que un silencio de aromas sorprendidas
me permita escuchar mis propios pasos
por las calles y plazas y jardines
en que el niño que fui sale al encuentro
del hombre que ahora soy, pero sin duelo,
dichoso de saber que he regresado.

Que así sea.

Descansa en paz, admirado y querido Jesús Tomé.

Ciudad Rodrigo, mayo de 2022


21 mayo 2022

UN BILLETE DE METRO, por Clara Blázquez Sánchez


 

 

 

 

 

 

UN BILLETE DE METRO, por Clara Blázquez Sánchez

Al alba,

se despereza lentamente

el intercambiador entumecido.

Un billete de metro

gira

el torno demasiado deprisa,

las escaleras mecánicas descienden

hasta la línea gris circular…

Mientras caminaba por el andén, ensimismada, Mar de Cristal amanecía. Diversidad de rocío fluía sobre el entramado de vías, bajo la carcasa soñolienta. La caja de música sonó al llegar a la estación. Ella giró sobre medias puntas su languidez entre sonidos de anchas y extrañas miradas distraídas en el borde. Atento, el vagón latió metálico, la envolvió en cálida pintura metalizada. Como cada día, acomodó su tristeza y leyó poesía entre líneas.

_Sol entre poemas dialogados, un mar de besos en Vicente Aleixandre, un instante en Las Musas, la elegía de Miguel Hernández, el perfume de Las Rosas, Concha Espina, mis flores poesías, Las Suertes recitadas con rimas en La Fortuna para pintar azul en Rubén Darío; La Estación del Arte, papel de bocadillo con sonetos de Quevedo y aquel poema en Puerta del Ángel hacia el camino con Antonio Machado…parada en Esperanza a alcanzar un Lucero y secar una lágrima de Estrella. En Cuatro Vientos las estaciones tiñeron de colores vivos la red de líneas sobre el plano, sonrió, (hasta mañana) al cerrarse las puertas automáticas. Alma en línea…

Una amplia sonrisa

en un sutil plié,

y giro…

Subió la alegría distraída

entre cintas de colores,

besos y versos,

ni antes ni después,

en un delicado vuelo, al paso

por cada leve peldaño

rimado al compás

de sus medias puntas.

Un billete de metro

Puerta de La Colada.

La estación

tornada primavera

sobre un río de amapolas,

el rubor de una muralla

da reflejos a un collar

de almenas soleadas.

Brisa fresca de besos

sobre el castillo, chal

tejido de atardecer e hilo

de luz encontrada.


 

16 mayo 2022

YA ES EL MOMENTO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

YA ES EL MOMENTO, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

Te fuiste de Ciudad Rodrigo, según tú nos cuentas en Baal Babilonia con ocho años, y llevabas contigo, no sólo la memoria de todo lo vivido en Ciudad Rodrigo, en la Plaza con tu abuelo durante las vicisitudes políticas mientras agarraba tu mano, los encierros desde la muralla, las vivencias de los fosos, emborrachando lagartijas con tabaco, y al salir de la escuela meando contra la pared a ver quién alargaba más de los muchachos, y así ciento y más que tu prodigiosa memoria nos vas contando en tus libros, y así como el dolor penar por la tragedia, que nos cuentas sobre todo en Ceremonia por un teniente abandonado, donde claramente no solamente reflejas lo vivido en las calles y plazas, sino tu sentir interno sobre el drama que toda tu vida has arrastrado, que fue la ausencia de tu padre, de la cual no sabías la verdad, y que tú poco a poco fuiste intuyendo, atando cabos y buscando cartas en la alacena, desde el refugio de tu casa de Ciudad Rodrigo, donde penaste, sentiste y lloraste a tu padre hasta el punto de enfrentarte con tu madre, por pensar que no había hecho lo necesario por él. Aquí también jugaste, en casa, en silencio con aquella locomotora que tu padre pese a su situación carcelaria se arregló para mandarte. Y así seguiríamos con vivencias mil que están entre las paredes de tu casa de Ciudad Rodrigo y sus calles, las que viviste en aquellos días de infancia que para tí no pudieron ser azules.

Luego te cayó estrecha la España franquista, y te fuiste a París, donde te hiciste un hueco en el mundo del arte y la literatura relevante y universal, y lo hiciste no de cualquier manera, sino acompañado con de las estridencias que causaban en ti la España que viviste en la niñez, la de la crueldad, la tramposa y asesina mortal, de la cual tú escapaste no sólo con tu obra intelectual sino con tus estampidas y tus delirios así como el desprecio hacia el escenario donde sucedían.

Siempre habrá alguien que te lea, y por tanto siempre existirá quien llore al teniente Arrabal entre los muros de Ciudad Rodrigo y las avenidas de cualquier ciudad del mundo, pero en ninguna otra se acariciarán los lugares donde él se enamoró de tu madre, La Glorieta, y por donde tú niño tan desvalido como inteligente lo sentiste y lo viviste, y como tal en tu obra lo plasmaste. Lo cual siempre hará de Ciudad Rodrigo el escenario de aquella España de la guerra, el que te hiciste tal y como te conocemos, tan brillante como estridente, y del que y en el que te desenvolviste como pudiste.

Sabido es que el otro día volviste a él con ya noventa años, cuando ya no queda tiempo para proyectos, y sí para envolverse en la gran nostalgia de los años de la niñez, aunque sean duros como lo fueron para ti, siempre hay en ellos algo de azules. ¡Ay!, aquellos días de la mano del abuelo en la Plaza y en la muralla qué lejanos ya y que presentes habrán estado en tu esta última visita. Lo que sí aún estás a tiempo es de pensar en lo que significaría que algo de tu legado quedaras allí donde sentiste todo lo que necesitaste contar: manuscritos, documentos, y cualquier otra cosa que a ti te pueda parecer importante o significativo, con lo cual serías beneficiado pues se haría extensiva así tu obra a todo aquel que visitara nuestra ciudad marco donde sucedieron tus penares que la forjaron al tiempo que cumplirías con el pueblo de Ciudad Rodrigo él cual ya contigo lo ha hecho, pues puso tu nombre al Teatro, a un paseo, últimamente a la Feria del Libro, y además se te hizo Hijo Adoptivo con el beneplácito de los unos y los otros.

Amén, de que cómo no el alcalde desayunó contigo, y a través de él lo hicimos todos.

Piénsatelo Ferrrnandito, ya es el momento.


15 mayo 2022

HACER EL PASILLO, por José Luis Puerto

HACER EL PASILLO
, por José Luis Puerto


En este final de curso y final de temporada y final de tantas cosas a lo largo del ciclo anual, escuchamos de continuo en los diversos medios la expresión de “hacer el pasillo”.
 
Está de actualidad todos estos días, en especial en el ámbito del deporte, cuando las competiciones y las ligas, sobre todo la de fútbol, que es la que más espectadores, seguidores, hinchas y hasta forofos arrastra, está a punto de terminar y ya, en algunos casos, se sabe qué equipo es el campeón.
 
Y hay como una exigencia, incluso, a veces, más que una petición: “–Que nos hagan el pasillo.” “–Que nos haga el pasillo el equipo rival”. Estas cosas, en el fondo, no habría que pedirlas; sino que los demás, si lo creen oportuno, debían de dárnoslas, tener ese gesto con nosotros, si lo creen oportuno.
 
Porque se da el caso de quienes piden que les hagan el pasillo y ellos, cuando llega la ocasión en que han de hacerlo a los otros, se lo niegan. Es la actitud –muy habitual entre nosotros– de estar solo a las maduras, pero nunca a las duras.
 
Porque la expresión de hacer el pasillo puede muy bien ser un símbolo de la vida en común, de la vida de todos. Y, además, en todos los campos y en todos los ámbitos de tal existir colectivo. Pero es algo que exige reciprocidad y correspondencia, como requisito para que pueda llevarse a cabo. Y, también delicadeza, cortesía, elegancia.
 
Ya que están quienes siempre exigen que les hagan el pasillo y lo niegan sistemáticamente cuando tal gesto se les pide a ellos. Quienes, cuando gobiernan, por ejemplo, piden a la oposición gestos y comprensiones, que luego ellos sistemáticamente niegan. Léase, por ejemplo, en el aspecto de la renovación de tribunales públicos con plazos ya extinguidos desde años.
 
Podemos llevar la expresión a todos los ámbitos que queramos: el deporte, la política, las relaciones privadas y con los seres próximos (familiares y amigos), el mundo laboral… Porque, en todos los ámbitos de nuestra vida, está presente en muchos momentos esa realidad de que unas veces hemos de hacer el pasillo a los demás y otras habrían de hacérnoslo a nosotros.
 
Pero cuántos incumplimientos, por desgracia, en ese ámbito, en ese terreno que exige reciprocidad. Cuántos se quedan sin que jamás les hagan el pasillo y se han visto obligados tantas veces a tragarse sapos y tenerlo que hacer, sin que vieran siquiera que era oportuno o justo el hacerlo.
 
Algunos están acostumbrados a que, de continuo les hagan el pasillo, les toquen las palmas, los jaleen, cuando ellos no mueven ni un dedo por los demás, por nadie. Mientras que otros ven en la vida reducida su función a ser palmeros de todos, cuando con ellos apenas nadie tiene un gesto de reciprocidad, pues no son correspondidos en nada.
 
Y es que, sin este principio de reciprocidad, de correspondencia, no puede haber sociedad civilizada, ecuánime ni justa. Porque está muy bien que exijamos que nos hagan el pasillo, pero solo, solo si nosotros tenemos la voluntad de hacerlo a los demás cuando lo exigen las circunstancias.
 
Ah, y estas cosas no se piden ni se exigen, se ganan si los demás piensan y sienten que las merecemos.

09 mayo 2022

CUANDO LOS LEONESES NO CONSEGUIMOS NADA, por Cristina Esther Rodríguez Crespo

CUANDO LOS LEONESES NO CONSEGUIMOS NADA, por
Cristina Esther Rodríguez Crespo

Desde los años 80 los leoneses hemos salido a la calle, siempre de una manera u otra, pero nunca hemos conseguido nada.

Yo me pregunto, desde hace ya mucho tiempo, qué es lo que tenemos que hacer para que los políticos escuchen y atiendan nuestras peticiones....

Me queda claro que los políticos leoneses no reivindican una solución y los sindicatos solo lo hacen por interés propios, me gustaría que en alguna de esas manifestaciones pidan la autonomía leonesa, cosa que hasta el momento no han hecho ¿por miedo al amo?

No hace mucho se formó una mesa para buscar salidas a la provincia de León, olvidando las otras dos provincias leonesas, pero todo fue una burla o al menos así lo vimos gran parte de los ciudadanos.
¿De nuevo querrán formar otra mesa?....

Todos los días recibimos algo negativo para estas nuestras tierras, mucha gente prefiere cerrar los ojos, otros todo lo ven bien y la gran mayoría quieren aprovecharse de esas situaciones de una manera u otra, bien queriendo ser salvapatrias (sin solución alguna), queriendo ser los niños del bautizo, los niños de la comunión, los novios de la boda e incluso los muertos del entierro.

A mi me queda claro que o comenzamos a votar todos a un mismo partido Regionalista, sin tener otros por medio para dividir el voto o estamos abocados al olvido con la consiguiente desaparición.....

Obtener representación en Madrid y luchar desde allí es primordial, como también es primordial cuidar y dar a conocer la cultura y nuestras tradiciones a los más jóvenes, pero nunca, nunca poniendo nada delante de lo leones......

En ocasiones por pensar así me han llamado radical, pues señores quiero ser mucho más radical en la defensa de lo que es mío, mi herencia, el regalo que nos han dejado los que han estado por delante de nosotros, mis raíces y orgullo de ser LEONESA........

En estos últimos días solo me han faltado las palomitas para todo el circo que hemos visto. Entre los partidos políticos vemos guerras internas, pero lo que sucede en León es para no parar de reír, es tan gracioso ver cómo se pelean por seguir en un puesto a costa de lo que sea, incluso de querer hacer tontos a los leoneses.....

Solo pido que por una vez, una sola vez no dejéis que os engañen, que la única solución es la AUTONOMÍA LEONESA!!!!!!

Y por eso si merece la pena salir a la calle......

08 mayo 2022

LA EDAD DE ORO, por José Luis Puerto

LA EDAD DE ORO, por José Luis Puerto

Uno de estos días pasados, encontraba, en uno de los rastros que frecuento, a cuyos puestecillos van a parar no pocos libros desamparados, en espera de que alguien los rescate…, encontraba una edición cubana de La Edad de Oro, de José Martí.

Reúne en esta obra José Martí los textos que editara en una revista mensual homónima, destinada a los niños, y creada por él, cuyo número inicial apareciera, en su exilio neoyorkino, en julio de 1889.

Trata Martí en esta obra, que se lee con fruición, de poner en manos de los niños un libro que al tiempo le enseñe y le regocije –según ese viejo lema de instruir deleitando–, al tiempo que le muestre lo pasado y lo contemporáneo de un modo pintoresco.

Enseguida el libro de José Martí me llevó a Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez y, en él, a ese lema o aforismo del romántico alemán Novalis, que aparece en el “Prologuillo” de la obra, que indica textualmente: “Dondequiera que haya niños, existe una edad de oro”.

La infancia del ser y la infancia del mundo. La época en la que lo mágico –aún está fuera de juego lo lógico– impregna la vida, la mirada del ser humano hacia los demás y hacia todo lo que contempla.

Y aquí, en esa íntima elucubración mental, nos surgió –llevando la recién adquirida edición del libro de José Martí de la mano– ese paso de la edad de oro de la niñez, a la infancia del mundo. Y apareció entonces Hesíodo y su poetización de las distintas edades del mundo, en su hermosa, Teogonía, comenzando, claro está, por la edad de oro.

¿Por qué esa fascinación humana por la edad de oro? Nos sentimos vivir en un tiempo degradado, donde los grandes ideales han fracasado debido a la mezquindad humana, a todo tipo de mezquindades. La guerra, de hecho, es un fracaso de nuestra aspiración a la edad de oro.

Pero quien mejor define el sentido de la edad de oro es Don Quijote, quien, en su discurso homónimo a los cabreros, allá en los montes de Sierra Morena, los alecciona sobre aquella “santa edad”.

Los cabreros, en su cena rústica (observemos cómo este discurso utópico está dado en una cena, no menos sagrada que la de la fundación del cristianismo), acaso no entiendan a Don Quijote, pero, a su modo, escuchan la melodía de la más hermosa aspiración humana al comunitarismo y a la fraternidad:

“Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes”. “Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia”. “No había la fraude, el engaño ni la malicia mezclándose con la verdad y llaneza”… En aquella santa edad, “los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío”.

Un discurso hermoso, que Don Quijote improvisa, al verse tan cordialmente acogido por aquellos pobres pastores de ganados (como dijera Jorge Manrique), por aquellos rústicos, y que pronuncia desde su presente –desde el nuestro–, esto es, desde “estos nuestros detestables siglos”.

Todas estas elucubraciones me van surgiendo, a medida que, desde la primera hora dominical del día, vuelvo del rastro, con La Edad de Oro de José Martí, camino de mi casa, para vivir, lo más plenamente posible, un domingo más de mi vida.


05 mayo 2022

ARRANCA, por Clara Blázquez Sánchez

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ARRANCA, por Clara Blázquez Sánchez

¡Arranca el papel continuo!
La bobina de celulosa multicolor
toma velocidad y pulso
de cada uno de nosotros
al volvernos a curvar juntos
sobre ese cilindro virtual
que plasma ilusión y fantasía,
que proyecta inquietud y compromiso.

                Gira lentamente
la rotativa.

                Arranca su tirada
al aire.

Adquiere forma de manga
ciclónica,
¡Tormenta!
papel deshilachado al viento
briznas plurales que rebosan
Opinión,
tinta mate en acuarelas inacabadas
que se esparcen libres sobre el lector
le roban sentimiento, interpretación,
le piden musicalidad, ritmo,
complicidad y cierto brillo
para acabar así
la composición conjunta,
iluminando con conclusiones e ilusión
el corazón de la ciudad.
Sol radiante pintado a mano
por buena compañía.
¡Arranca!

Arranca Ateneovirtualmirobrigense.
Bienvenido a Ciudad Rodrigo...

04 mayo 2022

UNA ISLA DE PLACER, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

UNA ISLA DE PLACER, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

Vivimos en días de paréntesis enlazados unos con otros, seguidos, la crisis económica, la pandemia, y ahora la guerra, y no una cualquiera, sino una que puede llegar a hacerse como mínimo europea, mientras en casa avanzan las fuerzas de ultraderecha apoyadas en los desencantados y desinformados ciudadanos, resolviendo estos con máximas de brocha gorda envueltos en mucha, mucha bandera. Todo ello en medio de días primaverales rotos por otros que pertenecen a esos días de otoño que parecen anunciar el invierno, conteniendo ellos mezclas de nieves y calores que no son ni de otoño ni de primavera.

Y en estas estábamos, en medio de este desnortado y preocupante vivir, cuando aún las ganas de vivir, pues eso es precisamente lo que nos arrastran a actos vitales que nos quieren reafirmar en la normalidad, como es por ejemplo asistir al concierto del sábado en el Teatro Nuevo a cargo de la Banda Sinfónica de Arroyo de la Encomienda. Y en él ésta sonó, y no lo hizo con temas conocidos, sino con músicas de músicos de Castilla y León, que mira por donde, sin haberlos oído nunca resulta que ningún sonido de ellos nos sonaba desconocido, y es que quizá sin saberlo la identidad está dentro de nosotros. Las dulzainas se elevaron y se hicieron dignas de una sinfónica, los sonidos de Castilla 1521, siendo la primera vez que eran por mí escuchados eran sentidos como conocidos; en la pieza La Ruta del Cid, el cabalgar de este se hacía presente en el ahora y al sonar el alborozo de su entrada en Valencia como reciente y nuestro. Todo dirigido por un director, Diego Cebrián, lleno él mismo de elegancia y armonía como los compases de la música que bajo su batuta en la sala flotaban, y que eran percibidos por los asistentes con sorpresa, alborozo y alegría como demostraron con sus prolongadísimos aplausos, y las caras gozosas al terminar que duraban a la salida del concierto.

Vamos, que consiguió la música hacer presente los valores mejores de esta; sentir lo que quizá no se puede expresar en palabras al paso que nos llevó a soñar y a ser felices.

Qué más se le puede pedir al concierto que por sí él sólo consiguió hacer su propio paréntesis abriéndose paso en medio de todo lo que encierran los otros señalados, y transportarnos a un mundo con raíces e identidad, las nuestras, las castellano leonesas, y estas envueltas en músicas identificarnos y disfrutar, haciendo un todo envolvente mágico en la sala, con lo que convirtió a esta en una isla de placer en medio de los inhóspitos días que contienen encerrados los paréntesis del mundo de hoy.

03 mayo 2022

EL ALGUACIL ALGUACILADO, por Miguel Cid

EL ALGUACIL ALGUACILADO, por Miguel Cid

A una hora tan poco convencional como las 7 de la mañana, el ministro Bolaños ha dado una rueda de prensa en La Moncloa para anunciar, con su rostro imperturbable, que Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno y Margarita Robles, Ministra de Defensa, han sido espiados a través de sus teléfonos móviles dentro de la trama “Pegasus” que, hasta hace pocos días se la vinculaba, exclusivamente, al espionaje independentista catalán.

La sorpresa ha sido mayúscula y a los adormilados periodistas seguro que les ha servido no sólo para espabilarlos sino también para sobresaltarlos, como si de una tormenta se tratara.

A mí, francamente, ya curado de espanto, no sólo no me ha sorprendido, sino que me ha confirmado que estamos viviendo unos momentos realmente insospechados y posiblemente irrepetibles. ¿Cómo si no puede entenderse que quienes son sospechosos de realizar el espionaje se conviertan de la noche a la mañana, y bien de mañana, en víctimas de dicha maniobra?

No he podido menos de recordar la obra de Quevedo “El alguacil alguacilado”, en la que, como es sabido, el malévolo Calabrés trató de exorcizar nada menos que al diablo para evitar sus fechorías y, claro, salió trasquilado, por eso se denomina también “El alguacil endemoniado”. Y es que en la Basílica madrileña de San Pedro Mártir, donde se desarrolla la trama y, a pesar del gran poder de la Iglesia, el diablo, según Quevedo, tiene gran parte de razón y no puede el retorcido sacerdote Calabrés con él.

Si todo ello se desarrolla a principios del año 1600, aunque no se publicase hasta 1627, por temores del propio Quevedo a represalias, ¿qué decir cuatro siglos después?. Desde luego, las semejanzas son fáciles de encontrar. En primer lugar, el espionaje se realizó en el año 2021 y desde luego se sabía hace días como la propia y competente Margarita Robles anunció en el Congreso, cuando señaló que habría sorpresas cuando se supieran detalles y víctimas del espionaje. Esto es, al igual que Quevedo, ha habido temores a hacerlo público. Y si el demonio tiene razón ¿quiénes son los ingenuos que se creen la versión o versiones oficiales? Y, en definitiva ¿quién hace de Calabrés en este endemoniado, y nunca mejor dicho, episodio? Lo que sí parece claro es que la mejor forma de escurrir el bulto es hacerse la víctima, como ha hecho el Ayuntamiento de Madrid en el escándalo de las mascarillas. Ahora, sin embargo, no sabemos si el Gobierno hará lo mismo, pero lo que parece evidente es que el alguacil, que tiene por cometido el poner orden en la plaza, está siendo arrastrado por el desorden que pretende cortar o eliminar. Cosas veredes.

BLANCA PARA SOÑAR, por José A. Blanco

 

 

 

 

 

 

 

BLANCA PARA SOÑAR, por José A. Blanco

Abrí el libro por la página

Donde empiezan los relatos

De la imaginación

Y me dejé llevar

Por la senda del ingenio

Hasta caer en un profundo

Sueño…

Al despertar, me 

Sentí

Libre y me puse de nuevo a

Escribir.

EN VÍSPERAS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez

EN VÍSPERAS, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez - Ateneo Virtual Mirobrigense EN VÍSPERAS , por José Luis Sánchez-Tosal Pér...