CANTO, por Clara Blázquez Sánchez
Te paseas por el borde
de espacios con forjado de flores,
haces tuya la brisa leve
que canta paz
y acaricia los pétalos del alma.
Tira los versos,
¡Tíralos!
Tira todos los versos
que no encajen en la cimbra de madera
que forma la curvatura del arco
con sencilla rima y pulso entre sus dovelas.
Ama, mima, talla. Sin argamasa
coloca la clave con sumo cuidado,
la última estrofa sin ornamento, que cierre y abra
el alma con belleza de medio punto.
Forma parte (no importa) como última pieza
de una gran arcada que respira, entrelazada a hueso
con manos que llenen de sentido el verso de la vida.
Borda el aire con ovillo de luz azul, el calado de hiladas
de un jardín de alma vertical, que florece
en cuerdas de granito soleadas.
“luz ascendente, hoy brillas en mi mañana,
cruzas y construyes la vaguada… con agua para pájaros.”