SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (XXV): MANIFIESTO “ABRAZO AL AGUA 2025”, por Ángel Iglesias Ovejero - Ateneo Virtual Mirobrigense – Ciudad Rodrigo
SIN ÉTICA NI ESTÉTICA (XXV): MANIFIESTO “ABRAZO AL AGUA 2025”, por Ángel Iglesias Ovejero
De nuevo con cierta “ética
y estética”, las plataformas Rebollar
Vivo y Sierra
de Gata Viva
organizaron una manifestación ciudadana en Villasrubias el pasado
domingo (17 de agosto, a las 19 horas), con el lema “Abrazo al
Agua”, para oponerse al proyecto de una mina, al cual ya nos hemos
referido (nº XvII:
“¿El valle de
Jauja, está en Villasrubias”?). Personalmente, como no creemos muy
adecuado permanecer de brazos cruzados ante tamaño desvarío, nos
unimos a la iniciativa con un “texto” que los promotores
ecologistas nos encomendaron y aquí reproducimos.
Manifiesto “Abrazo al
Agua 2025”: Un recorrido por los usos y lugares del agua en la
historia de El Rebollar ara su protección.
1. La consigna mundial de
“Abrazo al Agua” se ajusta al lugar en que estamos, a la vera de
la piscina natural de Riofrío,
ubicada cerca de la antigua Bañera
(o presa de la vieja fábrica de electricidad, en ruinas) y el
plantío de robles, en la Jesa
de Villarrubias. El
mismo nombre predestinante de Riofrío,
en contraste con los calores caniculares, nos ayuda a percibir el
valor de este líquido, que no solamente es un elemento básico de
primera necesidad. Estos días ayuda a combatir el fuego asolador,
que la locura o la imprudencia humana estimulan por doquier.
2. El bravo riachuelo, en su
curso descendente, se
junta con su
hermano Peñaparda
(por bajo del molinu
del Cubu, en
ruinas) y vierte sus aguas en el Águeda, en el paraje llamado,
precisamente, Las
Juntas (cerca del
molinu de Faciu,
también en ruinas). Allí se inició mi experiencia del agua,
cuando mi padre me llevaba con él (antes de los cinco años) para
labrar un huerto y su ladera. El ruido primaveral u otoñal de la
cascajera, parcialmente oculta por las mansiegas
(juncos) de los barrancos, me intrigaba y servía de entretenimiento,
casi más que las conchas
perlás, de las
cuales ya no quedará ni rastro. Eran esponjosos y correosos
mejillones que la gente pobre consumía. El arrullo de aquella
singular guardería era quizá un preludio de la traca infernal que
ya nos amenaza.
3. El locus
amoenus
(equivalente literario del bíblico jardín edénico o paraíso
terrenal, tópicamente asentado en un espacio fresco y sombreado, el
prado apacible y placentero, gracias a la cercanía del agua y el
árbol) siempre estaba asociado con el trabajo
en este rincón del Mundo. Muchos turistas lo ignoran y los naturales
o vecinos de El Rebollar (robreanus,
mangurrinus,
pandinus,
payengus
y maganus)
tienen la memoria corta. Las autoridades de la Comunidad de Castilla
y León están dispuestas a sacrificar
y esquilmar El
Rebollar, bellido y
frondoso, con el silencio complaciente de algunas autoridades locales
(dispuestas a explotar los bosques que otros plantaron y violentar
los acuíferos que los antepasados respetaron).
4. Abrazar
el agua es un acto
de amor a la vida y
no un superfluo derroche, a la manera de la sociedad consumista. En
la economía de
subsistencia,
domesticar el agua ha llevado su tiempo. Las casas tenían pozos,
pero no servían para satisfacer la sed humana, a consecuencia de los
residuos que los animales dejaban en los corrales, de modo que tenían
algo del suplicio de Tántalo
(tenía el agua alcance de los labios, pero no la podía beber). El
acarreo
del agua era labor de la gente menuda (pinchis)
o mozuelas (dagalas),
que no se hacían de rogar, para ir a la fuente
con cantarillas y botijas
(a veces en las afueras del lugar), porque en su entorno se tejían
los primeros escarceos amorosos (copla 1). Los mozalbetes (dagalis)
llevaban a abrevar a los animales domésticos, con el chorreo
sobrante de los charaíles
o pilares (copla 2). Toda
el agua se aprovechaba,
la de los canales del tejado se recogía en recipientes (barriñonis)
cuando llovía y la de lavar los cacharros (laviju)
servía para el berbaju
de lo gorrinus, en
el caldero colgado de las llaris
en la chimenea.
5. Ríos, arroyos, regatos,
charcas y pozos (o pozas
/ podas)
se empleaban en los terrenos de regantíu,
en las vegas aptas para los cultivos, en los güertus
con tapiju
(cercados). Las patatas
han saciado muchas panzadas de hambre, no solo en Navasfrías,
a cuyos habitantes dan sobrenombre (Pataterus),
como el principal cultivo de invierno, los nabos,
se lo han dado a la gente de Villarrubias
(Naberus;
copla 3). En Peñaparda, la recogida de las patatas (saquiju)
se asocia con el instrumento emblemático de los pandinus,
el mundialmente conocido
panderu cuadráu,
que, tradicionalmente, tocaban las mujeres con una porra.
6. Antes de que las empresas
de la electricidad
impusieran su ley, los cursos fluviales y las charcas o lagunas
permitían la pesca
(barbos, truchas, anguilas, tencas, etc.). Incluso los procedimientos
ilegales y nada respetuosos con la fauna acuática (uso de barrenus,
ambuera,
etc.) no acabaron con ella. En cambio, la construcción de la mal
llamada presa de
Irueña vino a
rematar la política fluvial, consistente en destruir las
pesqueras
de los molinos harineros. Hasta el lavado
minero
tenía antecedentes tradicionales, en espera de las pepitas de oro:
cribar agua
(copla 4). Por supuesto, nada comparable con la que se avecina con
estas minas…
7. El placer
de bañarse en casa
llegó después de la emigración y el turismo masivo. En tiempos de
los abuelos o bisabuelos, hasta mediados del s. XX, las mujeres
adultas y pobres no se bañaban nunca, pero no eran menos amables (o
atractivas), gracias al jabón que ellas mismas elaboraban. Las mozas
se bañaban en camisa, aprovechando el laviju
en el río. Los hombres se chapuzaban en verano, cuando estaban menos
fríos los remansos, utilizando chicos y grandes el traje de Adán,
sin ser nudistas por convicción filosófica. La mayoría de unos y
otros se duchaban con agua fría, en invierno y en verano, si no
tenían dónde guarecerse durante las faenas del campo.
8. Por no alargar, os recuerdo
que, simbólicamente, la vida
humana se expresa
mediante la metáfora del río,
magistralmente definida y glosada en las coplas
de Jorge Manrique, en los albores del Renacimiento (copla 5).
9. Por lo demás, termino
diciendo que no he conocido a nadie que eche de menos los fríos y
calores extremos, las panzadas de hambre con que obsequió la
Dictadura franquista a los españoles cuando éramos niños. Quienes
la conocimos y hemos vivido o vuelto al país que nos vio nacer,
tenemos derecho a reclamar que los responsables
políticos nos
garanticen aire respirable, agua potable y alimentos naturales
consumibles. Y si no quieren o no pueden hacerlo, les pedimos que se
dediquen a otra cosa.
10. No somos retrógrados.
Simplemente, pensamos que el Progreso
debe avanzar en armonía con la Naturaleza,
y no a trompicones hacia no se sabe dónde.
¡Larga vida al Rebollar!
Coplas
ilustrativas
Copla
1
Ya no va la niña
Por agua a la fuente;
Ya no tiene novio,
Ya no se divierte.
Copla
2
Saca las mulas, Diego,
Llévalas a beber;
Mételas en la cuadra
Y échales de comer.
Copla
3
Ya no lo llevan,
Ya lo llevaron,
Y a Villarrubias
Y a comer nabos
Copla
4
Cómo quieres que vaya,
Que vaya, vaya,
Con una criba al río
A cribar agua.
Copla
5
Nuestras vidas son los ríos
Que van a dar en la mar,
Qu’és el morir;
Allí van los señoríos
A se cavar e consumir.
Allí los ríos caudales,
Allí los otros medianos
E más chicos, allegados
son yguales
Los que viven por sus manos
E los ricos.