En un cajón de la alacena…
donde se encuentran las palabras
sin remitente, sin dirección.
Una carta sin palabras…
CARTA EN LA ALACENA, por Clara Blázquez Sánchez
He vuelto a leer en el papel doblado…
donde quedan las rimas escondidas
entre los pliegues amables de alas de papel.
Donde asoma, en incompletas medias frases,
poesía, ilusión para mañana entre el plegado.
¡Siente el verso!
Ten cuidado, dicen mis ojos, al desdoblarlo,
quizá la tinta no esté bien seca,
y resbalen mis pronombres personales
dejando nombres con rima asonante en la cuartilla.
Las palabras pierdan su acento a las doce
para bailar afables en melodías de poeta,
desaparezcan las letras sobrantes de los poemas,
para expresar su esencia.
Desata el lazo delicado de adjetivos azules
impresos siempre con el corazón,
y retira el papel de burbuja sin perfume,
es tan frágil y grande lo escrito. ¡Abre el alma!
Las conjugaciones en primera persona del plural
de verbos entrelazados que construyen color,
cobran luz entre los claros de las estrofas.
Las fechas pierden su ayer al caer,
se desordenan y sonríen los números
volviéndose a abrazar versando una prosa.
De la cuartilla, solo unos hilos en el cajón,
Amor…
Amor envuelto,
Papel rimado.
Poesía.
Amor.
Amor a la Poesía.
Poesía…
Mantel inmenso…
tan inmenso que cabemos todos en la mesa.
Poesía en mi alacena.