LOS OTROS, por José A. Blanco
Se
me caen los palos del sombrajo cuando veo a los niños en las urgencias hospitalarias. Imagino la profesionalidad de los facultativos a destajo
por aliviar la sobrecarga y las dolencias pueriles así como el
malestar que provoca la desesperada espera. Un valor. Lo triste es el
descaro con el que algún experto se dirige a las familias sabiendo que
los culpables del desaguisado sanitario son otros. En fin, un día malo lo tiene cualquier garbanzo negro.