SEGÚN UNO SE SIENTA, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Acudir
a las exposiciones de pintura existentes actualmente en la Casa de
Cultura, es una de las ocupaciones más lúdicas y enriquecedoras que
podemos tener por estos días en Ciudad Rodrigo.
Los autores, son dos artistas mirobrigenses, que viven, sienten y respiran entre nosotros. Uno, Pacheco, nacido en intramuros nos trae de la mano de su pintura mural, el grito impactante, como obligada reacción ante los daños irreparables que ejercemos a la tierra, y los daños morales que ciertas actitudes acarrean o el estar social total y local. La otra, Susana, es con su tan difícil suavidad de textura y los bellos trazos en todas sus líneas, la representación del deseo de la belleza tranquila, ganada con el gran esfuerzo de expresión artística, haciendo con este y desde este la difícil facilidad de sus increíbles dibujos, en medio de los cuales siempre existe la ternura. Ella que se crió en uno de nuestros arrabales menos favorecidos, y que quizá por eso su búsqueda se le haga tan necesaria a través de su arte, y la forma de ponerlo ante la vida desde la perfección tranquila, brotada desde los trazos delicados de su pintura, que nos aportan un descanso gozoso, hoy tan necesario ante este mundo que nos rodea y de ese estar tan agresivo que tenemos en él, y del que Pacheco nos presenta con tanto acierto sus resultados perversos y estruendosos, con sus ansias por impactar para así regenerar.
Ya hemos dicho que en estos días lo mejor que se puede hacer es visitar estas exposiciones, pues ellas contienen dos realidades necesarias en el momento y el mundo en que estamos: una la de la bestial agresión al entorno y la memoria; la otra, es un bálsamo de ternura y belleza para soportar el impacto de este mundo.
Lo curioso es que las expresiones artísticas están como cambiadas, el crear revolucionario viene de la mano del criado en el mundo acomodado, y las del estar tranquilo y casi durmientes salen de la persona criada en la lucha por la superación desde sus raíces.
¿Están trastocados pues los papeles que deberían haber adoptado en el crear ambos o no, o a cada uno le es necesario salir del nido que este confuso mundo les puso? Sea lo que fuere, lo que es para mí seguro, es que lo mejor es hacer dos visitas, un día una primero a uno y otro día al otro, según uno se sienta. Si se quiere salir concienciado y guerrero entonces ese día hay que visitar el último a Pacheco. Pero si se trata de salir envuelto en ternura serena y belleza entonces dejar para el final a Susana.