CUANDO LA COLADA FUE UNA FIESTA, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Crecida la generación nacida ya distanciada de la postguerra, que empezaba a no tener hambre y más ganas de vivir en libertad, pues llegaban los ecos lejanos de Europa y su Mayo del 68 y con ello también las nuevas formas de bares, llamadas entonces novedosamente “pub” y “club”, en los que sonaban ya otras músicas que no eran los pasodobles, como muestra de ello un “pub” cogió en nombre de Raymond, uno de los primeros y más famosos de esa Colada que termino siendo toda una fiesta increíble para muchos de los que hoy ya somos jubilados.
Se reunieron en ella tal cantidad de bares y discotecas como una enorme masa de jóvenes llenos de ganas de festejo. Era entonces esta calle no sólo un atractivo de Ciudad Rodrigo, sino centro de encuentro de todos los jóvenes de la comarca y de muchos pueblos de Portugal, el resultado fue una fiesta difícil de contar a la juventud de ahora.
En medio de ello y para que no faltara de nada de manos de Ladis, tristemente y recientemente fallecido, nació una hamburguesería algo que era totalmente renovador y desconocido en el mundo de la hostelería de entonces en Ciudad Rodrigo. El negocio fue un éxito y un punto de encuentro entre todos los que danzaban por La Colada. Dos cosas avalaban el éxito: la bonanza de su comida, puesto que todo era fresco, y la forma de ser de Ladis, un tío hecho a sí mismo, que no sólo fue pionero en eso, sino en las maneras de estar y vivir. Viajó por los cinco continentes, estudió cocina y se hizo cocinero en el Clínico, y todo compartiéndolo con la famosa hamburguesería Sirocco, para no abandonar a sus clientes. Allí trabajó mi hijo, donde aprendió el trabajo con el se ha ganado siempre la vida y el recuerdo que tiene de él lo resume diciendo: “fue una muy buena persona y un gran jefe”.
Todo ello le alzó a ser un icono de la generación que hizo de La Colada una fiesta. El que ahora de forma repentina haya desfilado sin apenas gozar de su jubilación me hace decirle, aunque él ya no nos escuche, que los que vivimos La Colada y en tu casa comimos y compartimos contigo ratos no te habrás ido del todo porque en las conversaciones, pensamientos y recuerdos estarás con nosotros como parte especial que fuiste de La Colada. Tu recuerdo será una fiesta.