SOLIDARIDAD, DIVINO TESORO, por José A. Blanco
Roja, como la alarma, es la sangre de los desaparecidos entre el fango de la inoperancia. Como la sangre solidaria y la que hierve entre la decepción, la impotencia y la desesperación. Y después de la eternidad de una semana sigue siendo roja de dolor. Más allá de esta sangre queda la horchata de la incompetencia y la mediocridad, esa de la que algunos gusanos se alimentan.