DON DÁMASO EN CASA, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Amanece con un sol pálido que anuncia frío, y con la certeza de que el puente de la Constitución está ya finiquitado, lo que me lleva de inmediato a hacer recuento mental de lo vivido en estos días. Lo primero que me asalta, es el drama televisivo de ver que se celebra la fiesta de la Constitución sin el menor atisbo de acercamiento político. Es más, ha servido para hacer del día un ring cuyos púgiles no han descansado de cruzarse golpes. Seguidamente tengo presente el río de gente que nos ha llegado tratando de descansar de todos los avatares diarios, y que lo busca haciendo turismo en otros lugares entre ellos nuestra ciudad que ha puesto el cartel de “no hay billetes”, dada la cantidad que buscaba un sitio donde comer y no encontraba.
Luego, una fiesta más íntima y minoritaria ha tenido lugar en estos días, hago referencia al homenaje a don Dámaso Ledesma, el cual lo tiene más que merecido. Pues un hombre que no es sólo que fuera un gran musicólogo de principios del siglo pasado, además de ser también organista de la catedral de Ciudad Rodrigo y luego de la de Salamanca, e incitador a García Bernalt para la creación de la Coral Salmantina que hoy aún existe.
Pero
sobre todo recopilador de la música popular, que por entonces estaba
amenazada de perderse, y a la que él yendo incluso de pueblo en
pueblo en caballería logró salvar con su recopilación recogida en
el Cancionero salmantino
– Folk-lore. De la
importancia de su acción nos lo dice el que esta
llamara la atención años más tarde de su publicación nada menos
que a Federico García Lorca. El cual hizo en su día viajó
para encontrarse con el
lugar, es decir con Ciudad Rodrigo y el autor. Se paseó por el
claustro de nuestra catedral logrando
con su interés que el
cancionero fuera reconocido mundialmente, y donde ahora está con la
instalación del cuadro, cuyo autor Florencio Maíllo tuvo unas
palabras tan sentidas como certeras en el momento de la inauguración.
También estuvieron el señor obispo, el señor presidente de la
Diputación, el señor presidente nacional de Proyecto Hombre,
nuestro alcalde, así como un concejal del PP y otra del PSOE. El
hecho de moverse y preocuparse por parte de todos ellos y de
reivindicarlo con la cesión del cuadro, además de ser todo un
acierto el haberlo hecho, los honra. Esperemos que la cesión no se convierta en un regalo envenenado y siempre permanezca con nosotros.
En el momento del discurso Juan Luis Villares le hizo una petición, a mi juicio oportuna, a las autoridades, diciendo: “puesto que la diputación posee imprenta propia, no le sería dificultoso una nueva reedición del cancionero de don Dámaso, dado que hoy es imposible obtenerlo por estar agotado”.
Todo salió bien, es verdad que el frío no acompañó mucho, pero el que quizá se presentó conociendo un poco a nuestro pueblo y sabiendo éste que no soltarían un toro hizo de justificante de la poca gente asistente.
Lo cierto es que ya tenemos a don Dámaso en casa, en la entrada del Museo Catedralicio para que el público si lo desea pueda acercarse a conocerlo e interesarse por su importante figura musical, y por su recopilación de la música popular que en su día hizo venir hasta nosotros y hasta este claustro a Federico García Lorca y a través de él llegar al mundo entero.
Y no sólo lo valoró Lorca sino miren lo que dijo Tomás Bretón entre otras muchas cosas al prologar su cancionero en el 1907 con motivo del premio recibido por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando: “Cierro estas líneas felicitando al laureado amigo entusiastamente, y deseándole muchos años de vida para que recoja el fruto que merecen su talento y laboriosidad”.