DE LAS LLAMAS DE SAN JUAN, por José Luis Sánchez-Tosal Pérez
Estamos en los días más largos del año, en la fiesta de la noche de San Juan, esa que este año en Ciudad Rodrigo, han decidido celebrar "wetónicamente", y así hacer a su raíz nada menos que prehistórica. Es sabido que es muy celebrada por todas partes con hogueras, a cuyo fuego se le concede la propiedad de ser purificador. Lo que de cierto tenga el asunto no lo sé, más bien me parece que estamos ante un supersticioso aquelarre con visos mágicos y esperanzadores para con nuestros azares vitales, que como trató de afirmarse en la representación en la hoguera, son parte de nosotros desde nuestros comienzos y cuyas diferentes culturas a través de los tiempos, los han ido haciendo suyos.
Pues bien, dicho y sabido, con conciencia de esto, y a pesar de ello, por qué no soñar que pudiera el fuego de esta noche de hogueras de San Juan, ser ciertamente mágico, y traernos beneficios tanto personales como sociales al serle pedidos. Dado que en los tiempos que corren, en realidad, tanto la esperanza como la inocencia nos han sido arrebatadas y solo nos queda esto, el sueño irreflexivo ante el desastre presente digamos como ya exclamó Unamuno, cuando querían a los humildes quitarles su fe en otro mundo mejor: "¡También les vais a quitar esto!". Pues eso, aunque ya tenga una forma más laica, ahora en la noche de San Juan se juega a tener deseos y la esperanza de que se verán cumplidos.
Yo por si acaso toda esta natural irracionalidad tuviera alguna razón de ser, también participé en el juego, mientras las llamas de éste bailaban la danza del triunfo sobre el mundo, al compás de los gritos alborozados de los wetones mirobrigenses, y pedí y deseé que todos los hombres que hoy gobiernan el mundo para sus intereses, arrastrando a tantos humanos al infortunio y a la muerte, desapareciesen para siempre de la tierra.
Veremos el año que viene, si al menos con algunos de los que todos tenemos en la cabeza, se nos ha arreglado, para así poder ir con más ánimo y fe a las llamas de San Juan.
