Luz, guantes, cúter y una pequeña incisión que corre sobre el tejido del plano que secciona…Es viernes, bullicio de colores, risa en movimiento, ríos de gente fluyen por las vías peatonales que confluyen en el corazón de la ciudad, cálidas luces de amplios escaparates, grandes hojas abiertas que te invitan a entrar, musicales, ballet, obras maestras que se asoman y engalanan las aceras de la Gran Vía bajo chispeantes y luminosos carteles, hitos, edificios emblemáticos como el de Schweppes, Callao, punto neurálgico que articula las arterias llenas de vida hacia Sol. Black Friday, lo llaman ahora.
Subí a la quinta planta de los grandes almacenes de siempre, las cuatro estaciones de Vivaldi sonaban en el hilo musical, creo que era la sección de papelería; en el primer estante, papel genial de calidad, fabriano A5, al lado barcos, pajaritas, aviones, elefantes…
-¿Papiroflexia? Preguntó la dependienta.
-¡oh! No, sólo cuartillas y tinta sepia para escribir “letra pequeña.”
Letras, sílabas, palabras en hilos, hilos de cobre conductores de poesía a través de la sección del cable de telefonía, tendidos de poemas con rimas de sol. Hilos de celulosa de robledales y hayedos que brillan como los tonos de sus hojas en otoño con la luz. Pequeñas letras circulares que comienzan a mirarse en la sección de los troncos milenarios que forman anillos con el tiempo, aumentando su grosor, al contrario que la piedra de un pequeño pisapapeles, que su talla delicada va afinando el espesor hasta encontrar el corazón en su sección pétrea …una chispa, compresor, tinteros de colores, la espita del aerógrafo abierta, el goteo cromático con sinfonía en clave de sol, pasa a través del serpentín que abraza, hasta llegar a la vía principal, el caudal circula por las arterias hasta colorear la sección del corazón de papel que bombea tinta con colores de poesía. Unas grapas de poemas, unen la sección.
En mi bolsa de papelería, unas pequeñas grandes cosas imprescindibles, con mayúscula, en papel de regalo y unos cuantos imperdibles; el vuelo de la fantasía de una Pluma, percusión, cuerda y viento con Resonancia espectacular de obras maestras en pentagramas de cariño, papel charol para tacón y puntera en el Abrazo de un tango, un cuaderno con la dulce raya Diplomática, Mariposas de Sol y Sonrisas coloreadas, unos inmensos Lucernarios con biblioteca y Puerto de luz, el Calor de un Tulipán naranja preñado de poesía, Color siempre a los mandos, la calle Madrid con Estilográfica, los ingredientes de poesía de Farinato, una carpeta con piedras blancas de las Almenas de la ciudad dobladas en A4, verbos con amalgama de letras, el instante transparente de Lectura que rebosa de un vaso del corazón, Arterias con estrofas, gajos de un paraguas de lapiceros de arcoíris acuarelables, la brisa de las hojas de un libro de versos, una chispa de alegría que rime por si acaso, los porcentajes del guiño de los ojos verdes de la escuadra y el cartabón, la tinta de un proyecto en A0 y tres entradas en papel cuché para el lago de los Cisnes…
La magia de los besos de la espuma del café.
-Para llevar por favor, póngame otra bolsa, siempre, de papel.
Clara Blázquez Sánchez.
01/12/23
